Donald Trump, ex presidente de EE. UU. y actual candidato republicano, emitió el miércoles una dura advertencia hacia Irán, asegurando que tomaría medidas drásticas si el país persiste en sus amenazas. En un mitin, Trump afirmó que «haría saltar en pedazos» a Irán si este atenta contra cualquier candidato en las próximas elecciones.
Las declaraciones de Trump se produjeron tras recibir información de inteligencia sobre posibles amenazas de Teherán en su contra. «Si yo fuera presidente, notificaría a Irán que cualquier acción que ponga en peligro a un candidato resultaría en la destrucción de sus ciudades más grandes», declaró ante sus seguidores.
Recientemente, Trump ha sido objeto de dos intentos de asesinato, el 13 de julio y el 15 de septiembre. Según su equipo de campaña, las agencias de inteligencia han confirmado que estas amenazas son «concretas» y provienen de Irán, un país que mantiene vínculos con el grupo islamista Hezbolá.
A pesar de las afirmaciones de Trump, Irán ha negado reiteradamente tales acusaciones, calificándolas de «malintencionadas». Sin embargo, estas advertencias han llevado a un aumento en las medidas de seguridad que rodean al ex presidente.
Un reciente informe del Senado resaltó deficiencias en el sistema de protección del Servicio Secreto durante un evento en Pensilvania, donde Trump sufrió una herida leve debido a un disparo. Este incidente marcó la primera vez que se desplegaron francotiradores para resguardar a un candidato aún no oficializado.
Además, medios estadounidenses han informado sobre un presunto complot iraní para asesinar a Trump, relacionado con una venganza por la muerte del general Qasem Soleimani, ocurrido en 2020 bajo la administración de Trump. En agosto, las autoridades estadounidenses anunciaron que habían frustrado un plan vinculado a Irán para asesinar a un funcionario de EE. UU.
El portavoz de Trump afirmó que estas amenazas reflejan la «debilidad» del régimen iraní frente a la «determinación» del ex presidente, en un contexto que también involucra a la vicepresidenta Kamala Harris, quien ha asumido el papel de candidata demócrata.
Por su parte, el fiscal general de EE. UU., Merrick Garland, condenó los intentos de asesinato como «aberrantes», subrayando que el país ha sido testigo de dos ataques contra la vida del ex presidente en solo tres meses.
Las tensiones entre Estados Unidos e Irán continúan aumentando, con acusaciones de ciberataques por parte de Teherán contra las campañas de Trump y Harris, lo que añade incertidumbre a la seguridad electoral.