La Guardia Revolucionaria de Irán ha llevado a cabo un ataque sin precedentes contra Israel, lanzando al menos 180 misiles balísticos en una acción que podría desatar un conflicto más amplio en Medio Oriente. Este ataque se considera uno de los más significativos en la historia, superado solo por la Guerra de las Ciudades entre Irak e Irán en los años ochenta.

Las sirenas de alerta sonaron en casi todo Israel, y las principales ciudades, incluyendo Jerusalén y Tel Aviv, fueron blanco de este asalto desde Teherán. En redes sociales, circulan imágenes y videos que muestran los misiles sobrevolando lugares sagrados del judaísmo, como el Muro de los Lamentos.

Hasta el momento, Israel no ha reportado víctimas ni daños significativos debido a los ataques, aunque se desconoce cuántos misiles lograron impactar y cuántos fueron interceptados por sistemas de defensa como el Iron Dome. Sin embargo, el coronel Nael al-Azzeh, portavoz de la defensa civil de la Autoridad Palestina, informó a medios como The New York Times que un hombre palestino falleció por fragmentos de misil en Cisjordania ocupada.

La Guardia Revolucionaria declaró que el ataque es una represalia por los asesinatos del líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, y del líder político de Hamás, Ismail Haniyeh, ocurridos en Teherán hace unos meses. Además, este asalto se produce un día después de que las Fuerzas de Defensa de Israel iniciaran una invasión terrestre en el sur del Líbano para debilitar a Hezbollah, que continuó lanzando cohetes hacia Israel.

Cabe destacar que este ataque difiere de la ofensiva de abril, cuando Irán lanzó una gran cantidad de misiles y drones. En esta ocasión, Teherán ha cambiado su estrategia, empleando misiles balísticos de alta velocidad y precisión, capaces de portar múltiples ojivas. A diferencia de ataques anteriores, estos proyectiles alcanzan sus objetivos más rápidamente, lo que complica la respuesta de las defensas israelíes.