El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, realizó un mitin en Butler, Pensilvania, el pasado sábado, donde volvió al lugar donde sufrió un intento de asesinato el 13 de julio. Este evento atrajo a una multitud que duplicó la población de la pequeña localidad, convirtiéndola en un centro de atención para la mayoría blanca de clase trabajadora que busca un nuevo mandato del exmandatario.
Irina Bucur, periodista del periódico local Butler Eagle, destacó el cambio drástico en la atención hacia un pueblo tranquilo de 13,000 habitantes que ahora se encuentra en el foco mediático. Durante su discurso, Trump recordó a su audiencia que “si ganamos en Pensilvania, ganamos en todo el país”. En esta ocasión, estuvo acompañado de figuras como JD Vance, Elon Musk y su hijo Eric Trump, quien trajo consigo a Lara Trump, copresidente de un Comité Nacional Republicano vinculado al movimiento trumpista.
El evento estuvo marcado por un fuerte despliegue de seguridad. El Servicio Secreto implementó un sistema de protección exhaustivo, incluyendo drones, helicópteros, francotiradores y cristales blindados, creando un perímetro que resguardaba el escenario del mitin. Este nivel de seguridad se debió al tiroteo ocurrido meses antes, cuando el atacante Thomas Matthew Crooks disparó desde una nave cercana.
La audiencia era un reflejo de la base de apoyo de Trump: hombres y mujeres blancos de clase trabajadora, muchos de ellos mayores de 50 años. Elon Musk hizo un llamado a la acción, instando a los presentes a registrarse para votar, alertando sobre la amenaza de perder el derecho al voto. Durante el mitin, Trump prometió enviar una misión tripulada a Marte en su primer mandato, aunque esta declaración no generó el mismo entusiasmo que su promesa de eliminar impuestos sobre horas extras.
Varios asistentes, como Javier Hernández, quien se encontraba cerca de Trump durante el atentado, compartieron sus experiencias. Hernández se sintió orgulloso de estar en el mitin, mientras que otros, como el artista Mark Henry, encontraron inspiración en el evento, pintando retratos de Trump tras el tiroteo. Sally Shery, la enfermera que atendió a Trump después del ataque, también estuvo presente y compartió su impresión del expresidente como una persona amable.
Este mitin en Butler no solo reafirma el apoyo a Trump, sino que también destaca el fervor de su movimiento, el MAGA, que sigue capturando la atención de un sector significativo de la población estadounidense.