El excentrocampista internacional español Andrés Iniesta, autor del tanto que dio a España el título mundial en 2010, confesó, muy emocionado, que nunca pensó «que llegaría este día», en el acto de su retirada como futbolista profesional, en el antiguo cine IMAX del Port Vell de Barcelona.

«Supongo que me permitiréis que me emocione hoy. Pero son lágrimas de emoción, de orgullo, no de tristeza. Son las lágrimas de ese niño de Fuentealbilla que tenía el sueño de ser futbolista profesional. Y lo conseguí, con mucho trabajo y muchísimo esfuerzo… de nunca rendirse, valores imprescindibles en mi vida. Me siento muy orgulloso de este camino, con toda la gente que me ha acompañado», afirmó con la voz entrecortada al inicio del acto.

En su despedida, Iniesta estuvo acompañado de unos 450 invitados, entre los que estaban su mujer Ana, sus seis hijos, sus padres y su hermana -«mi familia siempre ha sido mi motor, mi fortaleza», destacó- y también de excompañeros en el Barça como Gerard Piqué, Xavi Hernández, Anderson Luis de Souza ‘Deco’, Sergi Roberto, Marc Bartra o Sergi Samper, con el que también coincidió en el Vissel Kobe japonés.

También representantes del Barça actual, como el entrenador del primer equipo, Hansi Flick, o los jugadores Ansu Fati, Ronald Araujo o Dani Olmo, además del presidente del club catalán, Joan Laporta.

Durante más de una hora, Iniesta repasó con los presentes una extensa carrera que le ha llevado a jugar hasta los 40 años y que empieza con ese viaje de Fuentealbilla a Barcelona con 12.

«La Masia me cambió para siempre. Es el lugar donde mejor podía estar para potenciar los valores que hay que tener en la vida. Y agradecido a toda la gente, profesores, compañeros… es una etapa que sin duda marcó nuestras vidas. Venir al Barça era un sueño, en el que me focalice, porque deseaba cumplirlo», recordó.

Durante su parlamento, se fueron intercalando vídeos con la opinión de muchos de los técnicos que ha ido teniendo a lo largo de su carrera, desde los primeros que lo entrenaron en el Albacete -«mi otro equipo», afirmó Iniesta- pasando por Lorenzo Serra Ferrer, Louis Van Gaal, Pep Guardiola, Luis Enrique Martínez o Vicente del Bosque.

«Todos los entrenadores que he tenido, cada uno en su época, han tenido una influencia muy importante para mí», apuntó Iniesta, autor de dos goles icónicos como el de la final del Mundial de Sudáfrica con la selección española -«mi segunda piel», subrayó- y el de Stamford Bridge ante el Chelsea que daba al Barça la clasificación para la final de la Liga de Campeones.

«No puedo quedarme solo con uno. Uno con la selección y otro con el Barça. No puedo y no lo digo por quedar bien. He tenido la oportunidad de hacer estos dos goles y ver a la gente volviéndose loca por ese momento. A nivel personal han sido mis dos momentos más potentes», reflexionó.

Iniesta tampoco quiso olvidarse de su última etapa en Japón, cinco años que definió como «maravillosos» y que marcó «una época a nivel familiar» que jamás olvidará. «Japón siempre estará en nuestro corazón», resumió.

Cuelga las botas con 39 títulos y sin haber ganado nunca el Balón de Oro, pese a haber marcado una época como uno de los mejores centrocampistas de la historia, una distinción que tuvo cerca en 2010, cuando copó el podio con Xavi y Messi, sus compañeros en el conjunto azulgrana.

Pero él cree que los títulos -tanto los colectivos e individuales- son lo de menos: «El orgullo que siento no es por los títulos, sino por haber cumplido mi sueño de ser futbolista y haber conseguido el cariño de toda la gente. La imagen de Xavi, Leo y yo, los tres en el podio, es más grande que haberlo conseguido. Tres tíos de la casa, que estén en el podio del Balón de Oro, este es el premio de aquel día, no quién lo ganase».

Ahora empieza una nueva etapa que aseguró, no puede estar «lejos del fútbol», aunque seguirá manteniendo sus negocios mientras se forma como entrenador. «No puede ser de otra manera, porque el fútbol ha sido mi vida», insistió Andrés Iniesta.