Por: Joel Paredes

El pasado 3 y 4 de octubre tuvo lugar el IV Premio Nacional de Arquitectura, galardón de iniciativa privada que busca exaltar a las grandes figuras de la arquitectura contemporánea de nuestro país. El jurado estuvo conformado por los arquitectos: Isaac Broid, Axel Arañó, Rafael Pardo, Lucio Muniain y Abraham Rendón, siendo este último el desarrollador del evento.

Este año dicho premio fue otorgado al arquitecto Francisco Serrano Cacho, reconocido por la pertinencia de sus obras en contextos nacionales e internacionales, además de colaborar con múltiples arquitectos en obras fundamentales de nuestra idiosincrasia.

El desarrollo de este galardón consistió no solo en la entrega del reconocimiento, pues al ser la Universidad Iberoamericana Puebla sede de este, se desarrollaron, junto con múltiples universidades más, conferencias, talleres y actividades que invitaban a todos aquellos entusiastas de la arquitectura a un contacto más directo con algunas voces destacadas de este gremio.

Una vez en la premiación, la cual se llevó a cabo en el Centro de Convenciones de nuestra ciudad, el discurso del arquitecto Serrano fue motivante y emotivo. El arquitecto expresó su firme convicción por la responsabilidad que supone hacer arquitectura, por lo que conlleva, en términos de calidad de vida, la inserción de una edificación. Destaca que la arquitectura debe ser una herramienta para servir y respetar al hombre, pues de no serlo, qué es sino la arquitectura.

El arquitecto cierra su discurso lanzando un fuerte mensaje, dirigido principalmente a los estudiantes que buscan ser pieza fundamental de la arquitectura nacional: “la única manera de ser un buen arquitecto es mediante una simple fórmula: trabajar, trabajar y trabajar”.

Mas los discursos energizantes y cautivadores no vinieron solo del arquitecto Serrano, sino que también de su socia Susana García Fuentes, quien complementó la frase de su colega con: “el arquitecto debe tener la capacidad de soñar, soñar y soñar”.

En total comunión, los arquitectos brindaron a la audiencia un mensaje conciso y conmovedor; si bien los años de experiencia se ven reflejados en las múltiples obras que se presentaron en la premiación, el arquitecto Serrano cuenta con una sensibilidad por la vida y por el oficio de arquitecto que se transmite no solo por la monumentalidad de sus obras, sino que también por la manera de asimilar la realidad vivencial de las mismas.

Siendo la premiación la conclusión de este evento, se hace presente el entusiasmo por parte del arquitecto Rendón en realizar el próximo año la quinta edición de este premio, agradeciendo así tanto a los participantes como a los patrocinadores por hacer este evento realidad.

Sin duda alguna, el evento facilitó a todos los interesados en la materia un acercamiento a las posturas arquitectónicas más relevantes de nuestra época, permitiéndonos entonces complementar las nuestras a partir de las voces de la experiencia nacional.