Alexéi Moskaliov, que cumplió su condena en la región de Tula, denunció que en la celda de castigo en la que estuvo dos meses «las condiciones eran parecidas a una cámara de torturas».
«La celda era de dos metros por uno (…), los pisos putrefactos, de todos lados, del techo, del vertedero, salían ratas enormes», dijo en una entrevista en vídeo divulgada por OVD-Info, organización que vela por los derechos de presos y detenidos.
Añadió que «hacía un frío de perros (…) teníamos que estar 16 horas de pie, porque los camastros se pegaban a la pared para que no pudiéramos acostarnos. Era imposible estar sentados porque el banco era pequeño, metálico, y estaba tan helado que era imposible sentarse».
La Justicia rusa decidió perseguir judicialmente al hombre después de que su hija, Masha, de 13 años, pintara en abril de 2022 en una clase de arte un dibujo con la bandera ucraniana y una mujer que protege a su hijo de misiles.
La niña también escribió «Gloria a Ucrania» y «No a la guerra» en el dibujo.
Al día siguiente la policía se llevó a Moskaliov y a su hija a la comisaría, donde el padre se enteró de que se había abierto un caso en su contra por «desacreditar» a las Fuerzas Armadas.
Entonces, Moskaliov fue multado con 32.000 rublos (415 dólares) por haber escrito en la red social Odnoklassniki sobre el Ejército ruso que «los perpetradores están junto a nosotros».
La Justicia puso al hombre bajo arresto domiciliario, envió a la niña a un centro de rehabilitación de menores y las autoridades amenazaron con privarle de la patria potestad.
Finalmente, Moskaliov fue condenado en marzo de 2023 a dos años de cárcel por criticar al ejército ruso en Ucrania, tras lo que huyó a Bielorrusia, donde fue detenido por la policía y, según su testimonio, fue golpeado salvajemente y extraditado a Rusia para el cumplimiento de su pena.