La noche del 17 de octubre, el cielo se iluminó con la última superluna del año 2024, conocida como la «Luna del Cazador». Este evento astronómico es especial, ya que la luna se encontraba más cerca de la Tierra de lo habitual, un fenómeno que ocurre en varias ocasiones durante cada ciclo lunar debido a su órbita elíptica.
La Luna del Cazador se caracteriza por ser la primera luna llena después del equinoccio de otoño, que este año se celebró el 22 de septiembre. Este evento no solo simboliza el cambio de estación, sino que tiene profundas raíces en las tradiciones de los pueblos indígenas, quienes aprovechaban la luminosidad de la luna para facilitar la caza y prepararse para los largos inviernos.
El fenómeno fue visible en diversas partes del mundo, incluyendo Japón, Indonesia, Australia, China, Chile y México, donde alcanzó su máximo esplendor a las 05:18 horas. La luz intensa de la luna permitía a los cazadores observar mejor a los animales que se acercaban a las cosechas en busca de alimento antes de la llegada del frío.
En el hemisferio norte, esta superluna suele aparecer entre octubre y noviembre, mientras que en el hemisferio sur se presenta en abril. Además, muchas tribus nativas americanas se refieren a esta luna con nombres alternativos como «Luna migratoria» o «Luna de viaje», en reconocimiento al movimiento de aves que migran hacia climas más cálidos durante esta época del año.
La Luna del Cazador no solo es un espectáculo visual, sino también un recordatorio del profundo vínculo entre los ciclos naturales y la vida cotidiana de las comunidades a lo largo de la historia.