El director general de Electricidad del Ministerio de Energía y Minas (MINEM), Lázaro Guerra, explicó a la televisión estatal que esta mañana entró en servicio la central termoeléctrica Antonio Guiteras -una de las principales del país- y con ella otras plantas menores, por lo que se prevé incrementar la generación eléctrica para restituir la corriente en la zona occidental.
Guerra refir
En el proceso de restauración del servicio también intervienen la centrales terrestres y flotantes situadas en las provincias de La Habana, Artemisa y Matanzas, todas en la zona oeste insular.
La empresa estatal Unión Eléctrica (UNE) informó en redes sociales que ya se encuentran con servicio eléctrico 24 circuitos en barrios periféricos de La Habana, aunque la gran mayoría de los 2,5 millones de habitantes de la capital siguen sin corriente.
El SEN colapsó el viernes por la mañana por una avería en la central Antonio Guiteras cuya «salida imprevista» desestabilizó por completo el sistema y dejó al país con «cero cobertura energética nacional» lo que significó un apagón completo.
Esta nueva contingencia del sistema energético de Cuba se debe a que se encuentra en un estado muy precario por el déficit de combustibles -fruto de la falta de divisas para importarlo- y las frecuentes averías en obsoletas centrales termoeléctricas, con cuatro décadas de explotación y carencia crónica de inversiones.
La isla cuenta actualmente con siete centrales termoeléctricas de factura soviética -construidas hace más de cuatro décadas y afectadas por un déficit crónico de inversión-, con un total de 20 unidades de generación (siete de ellas estaban en los últimos días paradas por averías y mantenimientos).
Como resultado, los apagones se han vuelto habituales desde hace varios años. El Gobierno cubano ha rentado en los últimos años varias centrales eléctricas flotantes para atenuar la falta de capacidad de generación.
Los frecuentes apagones dañan la economía cubana -que en 2023 se contrajo un 1,9 % y se encuentra aún por debajo de los niveles de 2019, según datos oficiales- e impulsan el descontento social en una sociedad afectada por una crisis económica agravada en los últimos años.
También han desencadenado protestas antigubernamentales, incluidas las del 11 de julio de 2021 -las mayores en décadas-, y las del pasado 17 de marzo en Santiago de Cuba (este) y otras localidades.
La última vez que se produjo una situación similar de «cero producción» fue en septiembre de 2022 luego del paso del huracán Ian con categoría tres por el extremo este de la isla. Esto provocó un desajuste de graves dimensiones y dejó a oscuras a todo el país. La recuperación llevó días.