La aparición de espuma tóxica en el río Yamuna ha encendido las alarmas en la capital india, justo antes del Chhath Puja, una festividad hindú en la que millones de devotos se sumergen en sus aguas. Las autoridades han informado que esta espuma presenta niveles peligrosamente altos de amoníaco y fosfatos, compuestos perjudiciales para la salud humana.

El Yamuna, que se considera uno de los ríos más contaminados de India, atraviesa el corazón de Nueva Delhi y se ha visto gravemente afectado por la mezcla de desechos industriales y domésticos, así como materia orgánica en descomposición. Este deterioro ambiental se ve exacerbado por el mal funcionamiento de las plantas de tratamiento de aguas residuales en la capital, donde de los 792 millones de galones de aguas residuales generados a diario, solo 550 millones son tratados adecuadamente.

La festividad del Chhath Puja, que se celebra en honor al dios Suria y se lleva a cabo en la puesta y salida del sol, involucra rituales de baño en el río, lo que incrementa la preocupación por la salud pública. La creencia popular sostiene que el dios Suria puede curar diversas enfermedades, lo que ha llevado a miles de personas a sumergirse en las aguas del Yamuna, poniendo en riesgo su bienestar.

Para mitigar los efectos de esta contaminación, el gobierno de Delhi ha implementado medidas preventivas, aumentando la capacidad de las plantas de tratamiento y ajustando la presión del agua del embalse de Okhla. Además, se aplicarán químicos en el río para reducir la espuma visible durante la festividad, que tendrá lugar entre el 17 y el 20 de noviembre.

Sin embargo, la situación plantea un grave problema de salud, con riesgos de afecciones respiratorias y dérmicas, y refleja la crisis ambiental crónica que enfrenta el Yamuna. Usuarios en redes sociales han expresado su indignación, recordando las promesas incumplidas de transformar el Yamuna en un río limpio, similar al Támesis en Londres, un objetivo que ha permanecido lejano a pesar de los esfuerzos gubernamentales.

Este episodio no solo subraya la brecha entre las promesas políticas y la realidad ambiental, sino que también resalta la urgencia de acciones efectivas para salvaguardar tanto la salud pública como el ecosistema del Yamuna.