En un comunicado de prensa, el alto comisionado adjunto de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), Raouf Mazou, y su homólogo del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), Ted Chaiban, recordaron a las autoridades sudanesas que su permiso es clave para tener una presencia sostenida en todo el país.
«El Gobierno de Sudán y todas las demás partes en el conflicto deben evitar requisitos administrativos complejos y facilitar la entrega de suministros sin demora a las comunidades necesitadas», subrayaron.
Aseguraron que, si bien reconocen los gestos para mejorar la cooperación de las autoridades sudanesas, como la apertura temporal el pasado agosto del cruce de Adre con Chad para facilitar la entrega de ayuda humanitaria, «la realidad sigue estando plagada de obstáculos logísticos y administrativos».
Ante esta situación, les instaron a simplificar y agilizar los procedimientos de aprobación de los envíos de ayuda y la entrada de personal, y solicitaron el restablecimiento de las oficinas de la ONU en Zalingei (Darfur Central) y Kadugli (Kordofán del Sur) para poder coordinar más fácilmente los trabajos sobre el terreno.
También pidieron a la comunidad internacional su apoyo, ya que, advierten, «sin un respaldo internacional sostenido que incluya la atención a una vía política para abordar el conflicto y la eliminación de los obstáculos burocráticos y de seguridad, la situación seguirá empeorando».
Este llamamiento se produce después de que el pasado agosto se declarara la situación de hambruna en el campamento de Zamzam, que acoge a más de 400.000 personas desplazadas en el estado sudanés de Darfur del Norte.
La ONU estima que al menos 14 de los 18 estados de todo el país están al borde de la hambruna, con 3,7 millones de niños menores de cinco años que sufrirán desnutrición aguda grave sólo este año y que tienen 11 veces más de probabilidades de morir de enfermedades prevenibles que un niño sano si no se les atiende pronto.
Desde abril de 2023, la guerra en Sudán ha causado más de 23.000 víctimas mortales, según los últimos datos de la Oficina de Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios (OCHA).
El conflicto también ha sumido al pueblo sudanés en una de las mayores crisis de desplazamiento del mundo, con más de 10,9 millones de personas desplazadas internamente y alrededor de 2,2 millones de refugiados sudaneses que han huido cruzando las fronteras a otros países. EFE