En una noche mágica para el béisbol, Freddie Freeman llevó a los Dodgers de Los Ángeles a la victoria en el primer partido de la Serie Mundial con un impresionante cuadrangular con bases llenas en la décima entrada. Su imponente «grand slam» dejó tendidos a los New York Yankees y selló el triunfo de los Dodgers en un emocionante desenlace que evocó los mejores momentos de Hollywood.

La hazaña de Freeman, quien recientemente superó una lesión que lo había limitado durante la postemporada, hizo vibrar a los 52,394 aficionados en Dodger Stadium, quienes presenciaron cómo el toletero conectaba el batazo soñado por cualquier jugador: dos outs, bases llenas, y la oportunidad de decidir el juego. Al recordar la hazaña, Freeman expresó: “Fue como estar flotando, como un sueño de niño jugando en el patio trasero».

Este emocionante partido se vivió entre momentos de nostalgia, con tributos a Fernando Valenzuela, quien también tuvo un impacto indeleble en la historia del equipo. Jugadores de los Dodgers y aficionados rindieron homenaje al legado del lanzador, mientras el abridor Jack Flaherty lucía una camiseta con su número en honor a Valenzuela.

El cierre de la décima entrada llegó después de que los Yankees tomaran la delantera con una anotación de Jazz Chisholm Jr., quien había puesto a su equipo adelante tras robar dos bases y cruzar el plato. Sin embargo, los Dodgers lograron lo inesperado cuando el mánager de los Yankees, Aaron Boone, decidió enfrentar a Freeman con Néstor Cortés, quien no había lanzado desde mediados de septiembre. La estrategia falló, y Freeman selló la victoria con un jonrón memorable, impulsando al equipo a una ventaja de 1-0 en la serie.

El mánager de los Dodgers, Dave Roberts, emocionado tras la hazaña, calificó el partido como un “clásico instantáneo”: “Las estrellas salen a jugar, pero las súper estrellas se destacan en los momentos más grandes». La última vez que los Dodgers ganaron una Serie Mundial en casa fue en 1988, y la actuación de Freeman revivió el mítico recuerdo del jonrón de Kirk Gibson contra los Oakland Athletics en aquel primer juego histórico.

Por su parte, los Yankees reconocieron que todavía queda serie por jugar. Gleyber Torres, jugador de los neoyorquinos, enfatizó: “Solo queda venir mañana e intentar ganar. A esta serie le queda mucho por jugarse».

Así, el épico «grand slam» de Freeman marca un inicio memorable para esta serie, y deja a los aficionados esperando por el siguiente capítulo de este «clásico de otoño».