Desde 1828, los símbolos del Partido Demócrata y del Partido Republicano han sido parte integral de la identidad política en Estados Unidos. La elección del burro y el elefante como emblemas de estos partidos no es producto de un diseño estratégico, sino de caricaturas políticas que reflejaron sus características y percepciones.
El burro como símbolo del Partido Demócrata
La asociación del burro con el Partido Demócrata se remonta a la campaña presidencial de Andrew Jackson en 1828. Sus adversarios usaron el término «jackass» para describir su obstinación. Sin embargo, fue el caricaturista Thomas Nast quien consolidó esta imagen entre 1862 y 1886 a través de sus ilustraciones en Harper’s Weekly. Nast utilizó el burro para representar la tenacidad y resistencia de los demócratas, simbolizando la humildad y la perseverancia que el partido adoptó a lo largo de los años.
Elefante como símbolo del Partido Republicano
El elefante, por su parte, también tiene sus raíces en las caricaturas de Thomas Nast. En 1874, Nast publicó una obra titulada “Third Term Panic”, donde representó al elefante como el “voto republicano”. En la caricatura, un burro, que simbolizaba al diario New York Herald, asustaba a otros animales con rumores sobre un tercer mandato del presidente Ulysses Grant. La figura del elefante, que parecía estar al borde del caos, resonó con los republicanos, quienes adoptaron rápidamente este símbolo, el cual llegó a representar fuerza, dignidad y estabilidad.
El proceso de selección de candidatos en EE. UU.
La elección de candidatos en Estados Unidos es un proceso meticuloso que implica primarias y caucus en cada estado. Los votantes registrados eligen a sus candidatos preferidos, culminando en convenciones nacionales donde los delegados seleccionados formalizan la nominación de su candidato presidencial. Las primarias permiten a los votantes expresarse en las urnas, mientras que los caucus son reuniones donde se discuten y votan las opciones. Estos eventos son cruciales para que los votantes tengan voz en la selección de los candidatos, y en las convenciones se definen también las plataformas políticas de cada partido para la campaña electoral.
La evolución de estos símbolos y procesos refleja la rica historia y dinámica del sistema político estadounidense, donde la tradición y la representación visual juegan un papel fundamental.