Jordi Fernández, el primer entrenador nacido en España en dirigir en la NBA, firmó este domingo su primer triunfo después de que sus Brooklyn Nets sorprendieran por 115-102 a los Milwaukee Bucks de Giannis Antetokounmpo y Damian Lillard.
Tras dos derrotas a domicilio ante Atlanta Hawks y Orlando Magic, los Nets de Fernández (1-2) jugaron su primer partido de la temporada en el Barclays Center de Brooklyn y lo celebraron con un triunfo conducido por Cam Thomas (32 puntos, 25 de ellos en la segunda mitad) y Dennis Schroder (29 puntos, con 5 de 8 en triples, y 6 asistencias)
También pusieron su granito de arena Nic Claxton (10 puntos y 11 rebotes), Cam Johnson (13 puntos y 6 rebotes) y Noah Clowney (13 puntos) para unos Nets que, ante todo, sobresalieron por su defensa y por su golpe en la mesa en el último cuarto, en el que llegaron a ganar de 22 puntos.
En claro proceso de reconstrucción de la franquicia, Brooklyn continuará el martes con su calendario en un duelo en casa contra los Denver Nuggets de Nikola Jokic.
Por su parte, los Bucks de Doc Rivers (1-2) ofrecieron una imagen lamentable para un equipo que teóricamente aspira a estar en los puestos de honor del Este.
Antetokounmpo, muy bien defendido por los Nets, rozó no obstante el triple-doble (22 puntos, 12 rebotes y 7 asistencias), Lillard consiguió 21 puntos y Brook López logró 15.
Antes del partido hubo un homenaje al recientemente fallecido Dikembe Mutombo, que fue jugador de los Nets. Además, Fernández compartió unos minutos con Iker Casillas, el legendario portero del Real Madrid y la selección española y que este domingo disfrutó del Nets-Bucks en primera fila.
La defensa como punto de partida
La intensidad y presión en defensa, una obsesión de Fernández desde que tomó las riendas de los Nets, destacaron en un primer cuarto en el que los Bucks cometieron 7 pérdidas de balón (3 de Antetokounmpo).
El equipo local creció a partir de ahí y llegó a tener un 8 de ventaja, pero los Bucks, muy flojos en el inicio, despertaron con un par de triples para cerrar el primer capítulo prácticamente en tablas (27-25).
Sin grandes destellos ofensivos en ninguno de los dos conjuntos, Schroder y Lillard asumieron el protagonismo. El alemán llegó con 15 puntos al descanso y el base de Milwaukee logró 13.
Lo más importante de la primera parte fue la actitud defensiva de los Nets, que limitaron a Antetokounmpo a solo 8 puntos (2 de 3 en tiros) con ayudas constantes y un potente derroche de esfuerzo. Si hubiera tenido una pizca de acierto, probablemente Brooklyn se habría llevado un botín más amplio que el 48-45 del intermedio.
Los dos equipos ajustaron sus ataques en el vestuario y volvieron con energías renovadas. Especialmente acertado en el tercer cuarto estuvo Thomas, con 14 puntos en ese periodo para los Nets.
Antetokounmpo, Lillard y López también metieron una marcha más en la ofensiva de Milwaukee, pero Brooklyn no se dejó intimidar, seguía más acertado en los balones divididos y los rebotes y llegó al desenlace por delante (83-78).
Contra Atlanta y Orlando, los Nets compitieron prácticamente hasta el final y terminaron perdiendo. Sin embargo, esta noche la conclusión fue diferente.
Thomas continuó anotando con extraordinaria facilidad y Schroder, tras recibir un manotazo en la cara de Pat Connaughton (flagrante tipo 1), colocó un prometedor +11 a falta de 7.54 (96-85).
Apáticos y mustios, los Bucks ni siquiera pudieron apelar a una reacción épica en el desenlace y los Nets de Fernández, que alcanzaron el +22, sellaron el triunfo tras una actuación coral muy meritoria.