Gerardo Fernández Noroña, presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, enfrenta un panorama complicado con la reciente reforma judicial impulsada por la Cuarta Transformación (4T), que establece la elección popular de jueces y magistrados. En una entrevista con el periódico El Universal, Noroña expresó su preocupación por las crecientes tensiones entre el Poder Legislativo y el Poder Judicial, que, según él, ha adoptado una postura provocadora.

El senador criticó la decisión de la Suprema Corte de aceptar recursos y amparos relacionados con la reforma judicial, afirmando que esta acción es una «clara provocación» y advirtiendo sobre las posibles consecuencias si la Corte declarara inconstitucional alguna parte de la reforma. «Si ellos (la Corte) se atreviesen a decir que es inconstitucional la Constitución, iríamos a un conflicto de dimensiones mayúsculas», alertó Noroña.

En un intento por evitar un conflicto interinstitucional, el presidente del Senado propuso construir un acuerdo de transición que permita implementar los cambios de manera gradual. No obstante, Noroña se mostró escéptico respecto a la colaboración del Poder Judicial, señalando que la experiencia indica que este poder «no cumple su palabra».

La reforma judicial busca que los jueces en México sean elegidos por voto universal, secreto y directo, un tema que Noroña considera central para el actual gobierno. En este sentido, afirmó que las críticas al respecto son «gritería, distracción» y acusó al Poder Judicial de intentar posicionarse por encima de los otros poderes y del pueblo. «El Poder Judicial pretende erigirse por encima del Poder Legislativo, del Poder Ejecutivo y del soberano, que es el pueblo», sostuvo.

Fernández Noroña también destacó que los actuales integrantes de la Suprema Corte y otros jueces podrán ser reelectos en 2025 si así lo deciden los ciudadanos en votación. Sin embargo, reiteró la importancia de un acuerdo que asegure una transición ordenada. «La elección de las personas juzgadoras se va a hacer», afirmó, enfatizando que esta reforma refleja un mandato popular y que debe respetarse la voluntad expresada en las elecciones del 2 de junio.

Finalmente, Noroña subrayó la necesidad de estabilidad y diálogo para evitar un conflicto que no beneficiaría a nadie. «Este escenario en el que estamos, sobre todo si va hacia una colisión, no le conviene a nadie… es una irresponsabilidad», concluyó, reafirmando su compromiso con un acuerdo que propicie una transformación del sistema judicial en beneficio de todos los mexicanos.