Trabajado debut del español Carlos Alcaraz en el Masters 1.000 de París, el que cierra la temporada ATP, contra el chileno Nicolás Jarry, que le puso las cosas difíciles pero que acabó cediendo por 7-5 y 6-1 y le abrió las puertas de los octavos de final.
En busca de su quinto trofeo del año, el número 2 del mundo, propulsado a la condición de máximo favorito del torneo tras la retirada por un virus estomacal del italiano Jannik Sinner, ya consiguió mejorar su actuación de la pasada campaña bajo el techo de París.
Una ciudad que le da buenos resultados al español, donde sumó su decimotercera victoria del año, tras las que le condujeron al título de Roland Garros y a la plata olímpica, cuando sufrió en la final contra Novak Djokovic la única derrota por ahora.
Pero si París da alegrías al español, no es en su Masters 1.000 donde más motivos ha tenido para sonreír, porque la cita de cierre del año le ha acarreado algunos disgustos, como el duelo de octavos de 2021 ante el francés Hugo Gastón que abandonó entre lágrimas y con un público enfervorecido.
Si al año siguiente logró su mejor resultado, los cuartos de final, en los que abandonó, de nuevo, en 2023 no superó la segunda ronda contra el ruso Roman Safiullin.
Ahora tiene todos los ojos en su espalda, porque es el tenista de más ránking que queda en el torneo, aquejado como cada año de una epidemia de bajas, pero también abandonado en esta edición por el serbio Novak Djokovic, la única gran estrella que se lo ha tomado en serio.
La resistencia de final de año de Alcaraz comenzó a ponerse a prueba contra un rival correoso, Jarry, que se lo puso más difícil de lo que refleja el marcador, al menos en la primera manga y por momentos pareció que podía repetirse el susto del pasado torneo de Buenos Aires, cuando el chileno le derrotó en semifinales.
Entró fuerte Alcaraz en su retorno a la pista cubierta parisiense y el torbellino de juego se tradujo en un 3-0 que hacía prever un debut plácido.
Pero la ventaja condujo a la relajación y un bajón de ritmo permitió a Jarry reengancharse al partido tras arrebatar el servicio del número 2 del mundo en el noveno juego y empatar a 5.
Tuvo que volver a acelerar Alcaraz para apuntarse los dos siguientes juegos y cerrar el primer parcial, que el chileno cedió con una doble falta.
Bien asentado en su juego, el chileno puso bajo presión el juego de servicio del español, que empezó defendiéndose el segundo set, pero que vio cómo la precisión de Jarry, muy dependiente de la velocidad de su servicio en una pista que escupe la bola con locura, iba perdiendo enteros.
No le dio opción el español, que entendió que no podía permitir que su rival volviera a reengancharse al duelo y que mantuvo la firmeza hasta cerrar el partido y colocarse en los octavos.
Los cuartos de final lo tiene ahora a un paso y su rival saldrá este miércoles del duelo entre el francés Ugo Humbert y el estadounidense Marcos Giron, procedente de la fase previa.