La polémica por el lanzamiento del mezcal «Mixes» por la periodista Paola Rojas ha generado un intenso debate sobre la apropiación cultural en México. Las críticas han surgido tras el uso del término “Mixe”, que pertenece a una comunidad indígena de Oaxaca, lo que ha llevado a muchos a afirmar que este uso trivializa la identidad de dicha comunidad y la convierte en una estrategia de mercadotecnia sin su consentimiento.
La diputada Cruz Jiménez ha exigido la retirada del nombre de la marca y de cualquier campaña publicitaria relacionada, pidiendo además el cumplimiento de la Ley Federal de Protección del Patrimonio Cultural de los Pueblos Indígenas. Sin embargo, algunos seguidores de Rojas y periodistas sostienen que la controversia está vinculada a una posible represalia de Televisa, de donde la exconductora de «Neta Divinas» se fue para unirse a Imagen Televisión.
La situación escaló aún más el 27 de octubre, cuando la página web del mezcal colapsó, mostrando un mensaje que indicaba que volvería pronto en medio del creciente escándalo. El gobernador de Oaxaca, Salomón Jara, anunció el 28 de octubre que el estado emprendería acciones legales contra Rojas por la apropiación del nombre “Mixe”.
El activista Joaquín Galván, originario de la comunidad Mixe, también ha cuestionado a Rojas sobre los procesos legales y contractuales relacionados con su uso. En respuesta a las críticas, Rojas publicó un video en su cuenta de X, donde aclaró que “Mixe” es una marca de productores independientes que le pidieron apoyo para promocionar su producto. En sus declaraciones, Rojas enfatizó: “No soy dueña de ningún mezcal, ni he registrado marca alguna”, reiterando que su participación se limitó a la difusión del producto.
Esta controversia resalta la importancia de abordar la apropiación cultural con respeto y consideración hacia las comunidades indígenas de México.