El nuevo líder de Hizbulá, Naim Qasem, afirmó este miércoles en su primer discurso como jefe de la formación que el grupo chií libanés continuará con “el mismo plan de guerra” contra Israel trazado por su predecesor, Hasán Nasrala, asesinado hace poco más de un mes en un bombardeo masivo del Ejército israelí.

“La agenda de trabajo es la misma que con Hasán Nasrala. Continuamos con el mismo plan de guerra”, dijo Qasem en un discurso televisado en el que apareció junto a las banderas del Líbano, de Hizbulá y una foto enmarcada de su antecesor, que siempre prometió que el grupo cesaría sus ataques contra Israel si se alcanzaba una tregua en Gaza.

En tono sereno, el septuagenario clérigo dijo que la Franja, el Líbano y otras partes de Oriente Medio se enfrentan a “una guerra israelí, estadounidense y europea con toda su potencia”, al tiempo que denunció que se está cometiendo un “genocidio” en el devastado enclave palestino y, ahora, en territorio libanés.

“Siempre dijimos que no queremos guerra, pero estamos preparados si se nos ha impuesto y lo haremos con firmeza y triunfaremos, si Dios quiere”, insistió Qasem, que afirmó que el único objetivo de Hizbulá “es proteger al Líbano” y “apoyar a Palestina”.

“Brutalidad” de Israel en Gaza y en Líbano

Asimismo, reconoció que el grupo “ha pagado el precio por las convicciones de liberación”, en referencia a las decenas de muertes de altos cargos de Hizbulá -entre ellas la de Nasrala- desde el inicio de los enfrentamientos con Israel el 8 de octubre de 2023, un día después del estallido de la guerra en la Franja de Gaza.

Sin embargo, insistió en la “necesidad” de responder del grupo ante la “brutalidad” de Israel en Gaza y en el Líbano.

“¿Más de 43.000 mártires no conmueven al mundo?¿100.000 heridos no agitan al mundo?¿Ni el asesinato de niños? Esta criminalidad debe ser afrontada”, justificó Qasem en referencia a las muertes en el enclave palestino desde el inicio de la guerra hace más de un año.

Por otra parte, reconoció que Irán “apoya” a Hizbulá pero insistió en que la República Islámica “no quiere nada” a cambio, tan solo “la liberación de la tierra libanesa”.

“Damos la bienvenida cualquier país árabe, islámico o del mundo si nos quiere apoyar. No decimos que no a quien nos apoye en el mundo, sea occidental, árabe o quien sea. No diremos que no”, insistió el clérigo, que fue designado el martes como el nuevo secretario general de la organización.

Naim Qasem afirmó que el grupo chií tiene la capacidad de continuar enfrentándose a Israel “durante meses”, aunque reiteró que la formación armada está dispuesta a acordar un alto el fuego “con condiciones”.

“Podemos continuar durante meses, no digo más”, dijo el septuagenario clérigo en su primer discurso tras ser nombrado ayer como nuevo secretario general de Hizbulá para suceder a Hasán Nasrala, asesinado hace un mes por Israel en un bombardeo masivo contra los suburbios meridionales de Beirut conocidos como el Dahye.

Durante su alocución, pidió “paciencia” a los combatientes y a los libaneses, al tiempo que exigió salir del Líbano a los soldados de Israel, que inició una invasión del sur del país mediterráneo a principios de octubre: “Salid de nuestra tierra para reducir vuestras pérdidas, si os quedáis veréis la derrota”, aseveró.

“¿Acaso se alargará la guerra? Parece ser que las elecciones estadounidenses serán un punto de inflexión”, se preguntó Qasem, que indicó que “puede haber alguien que embride a (el primer ministro israelí, Benjamín) Netanyahu” para detener las hostilidades, dijo.

Negociaciones “indirectas”

Por otra parte, Qasem aseguró que Hizbulá está dispuesto a mantener negociaciones “indirectas” con Israel para alcanzar una tregua que ponga fin a más de un año de guerra, que ha provocado la muerte de más de 2.700 personas y el desplazamiento de otras más de 1,2 millones solo en el Líbano, además de la aniquilación de gran parte de la cúpula de la formación armada chií.

“Si el enemigo decide (acordar) un alto el fuego, diremos que sí, pero con condiciones. La manera será mantener negociaciones indirectas para este fin”, indicó el clérigo, que a principios de octubre -cuando ejercía de número dos de Hizbulá- dio su apoyo a unas conversaciones de tregua mediadas por el presidente del Parlamento libanés, Nabih Berri.

En este sentido, recordó que Berri, que también lidera el grupo chií Amal, aliado de Hizbulá, es “el pilar de las negociaciones”, aunque lamentó que “aún no hay un proyecto claro que esté consensuado” para poner fin a las hostilidades.

Berri, que lleva tres décadas como presidente del Parlamento, es una figura crucial que sirve de canal de comunicación del grupo con el resto de partes del espectro político libanés.

“Siempre dijimos que no queremos guerra, pero estamos preparados si se nos ha impuesto y lo haremos con firmeza y triunfaremos, si Dios quiere”, insistió Qasem, que afirmó que el único objetivo de Hizbulá “es proteger al Líbano” y “apoyar a Palestina”.

Israel dice que el mandato del nuevo líder será “temporal”

Poco después del nombramiento, el ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, puso en la diana al septuagenario clérigo y aseguró en un breve mensaje en su cuenta oficial de X que su mandato será “temporal” y “no por mucho tiempo”.

Tras poco más de un mes del asesinato de Nasrala, el grupo ha decidido elegir al que era el número dos de la formación y quien ha sido el encargado dar los tres discursos televisivos ofrecidos tras la muerte del anterior jefe de Hizbulá, que estuvo tres décadas al cargo.

Esta decisión se ha tomado después de que la semana pasada Hizbulá confirmara la muerte de Hashem Safi al Din, jefe del Consejo Ejecutivo de la formación y considerado uno de los principales candidatos a encabezar el grupo.

Qassem, cuya localización se desconoce, fue nombrado jefe adjunto de Hizbulá en 1991, cuando Nasrala no era aún el líder de la formación.

Ha sido considerado uno de los principales portavoces del grupo chií y la figura de más alto nivel que incluso ha concedido entrevistas a medios extranjeros.