Kanye West, el polémico artista de 47 años, ha adquirido recientemente una mansión de 35 millones de dólares en el exclusivo barrio de North Beverly Park, generando inquietud entre sus nuevos vecinos. Esta propiedad, que abarca 1,800 metros cuadrados y se encuentra en un terreno de más de siete acres, incluye once habitaciones, dieciocho baños, varias piscinas y una cancha de tenis. Sin embargo, la ostentación de lujo es solo una parte de la preocupación que se cierne sobre la comunidad.

West ha compartido en redes sociales su ambición de desarrollar un concepto urbano llamado DROAM, que busca ser una ciudad autosuficiente. Originalmente contemplado en el Medio Oriente, este proyecto ha encontrado un nuevo foco en la prestigiosa comunidad de Beverly Hills, despertando el descontento de algunos residentes que ven la idea como una posible amenaza a su estilo de vida.

De acuerdo con reportes de TMZ y DailyMail, varios vecinos han expresado su rechazo a los planes de West, calificándolos de “delirantes”. Un residente comentó que el artista parece no comprender la complejidad de modificar la infraestructura y la normativa del vecindario para un proyecto de tal magnitud.

DROAM se plantea como una mini ciudad enfocada en la sustentabilidad, diseñada para ser autónoma y proveer todos los recursos necesarios a sus habitantes. Sin embargo, muchos vecinos consideran que trasladar este concepto a un entorno exclusivo como North Beverly Park es un despropósito. Esta comunidad está regida por una asociación de propietarios que aplica regulaciones estrictas, donde cualquier cambio en las propiedades debe ser aprobado para mantener la armonía del vecindario.

Además, la llegada de Kanye West, conocido por sus proyectos controversiales y radicales cambios de estilo de vida, ha generado inquietud sobre el impacto que su presencia podría tener en la tranquilidad del barrio. Algunos vecinos temen que la implementación de un proyecto como DROAM atraiga a fanáticos del rapero y genere problemas de seguridad. Uno de los residentes advirtió que “si Kanye construye su ciudad, será cuestión de tiempo para que el caos siga”.

Los temores de los residentes no son infundados. En 2021, West adquirió una propiedad frente al mar en Malibú por 57 millones de dólares, pero tras realizar modificaciones que deterioraron la casa, terminó vendiéndola por 21 millones de dólares, una pérdida considerable. Este episodio ha alimentado las preocupaciones de sus nuevos vecinos, quienes temen que un escenario similar se repita en Beverly Hills.

El proyecto DROAM surgió cuando West contempló la posibilidad de construir una ciudad autosuficiente en el Medio Oriente, compartiendo en redes sociales bocetos y planes que abarcarían cerca de 40,470 hectáreas, rivalizando con grandes urbes. A pesar de que esta visión aún está en fase de conceptualización, el artista parece decidido a adaptarla a su nueva ubicación, a pesar de las limitaciones físicas e infraestructurales de North Beverly Park.

La compra de esta mansión se produce en un momento complicado para las finanzas de West, quien ha visto caer su fortuna de casi 2 mil millones de dólares a 400 millones debido a la ruptura de contratos con empresas como Adidas, Gap y Balenciaga, tras sus controvertidas declaraciones en 2022. Sin embargo, su adquisición en Beverly Hills sugiere que aún busca avanzar con ideas innovadoras, aunque estas sean consideradas extravagantes por muchos.

Mientras disfruta de unas vacaciones en Tokio con su esposa, Bianca Censori, Kanye West podría encontrar una comunidad poco acogedora al momento de mudarse. Como han señalado varios residentes, la única manera en que Kanye podría ser un vecino ideal es si pasa gran parte del tiempo fuera, evitando así que su presencia altere la paz de este exclusivo vecindario.