En su primer discurso tras conocer su ventaja sobre Kamala Harris en las elecciones presidenciales de EE.UU., Donald Trump reafirmó su postura sobre la inmigración, asegurando que tomará medidas estrictas para “sellar las fronteras” del país. Aunque las proyecciones ya le dan la victoria con 277 votos electorales frente a 244 de Harris, el republicano moderó su tono respecto a la inmigración, evitando mencionar la promesa de “deportación masiva” que había sido uno de los puntos más polémicos de su campaña.
Frente a cientos de seguidores en el centro de convenciones de Palm Beach, Trump explicó que su administración permitirá la entrada de inmigrantes, pero solo de manera “legal”. “Vamos a sellar nuestras fronteras y vamos a dejar a la gente entrar en el país, pero lo van a tener que hacer de manera legal. Tienen que venir, pero de manera legal”, subrayó el candidato republicano.
El mensaje sobre la inmigración, aunque firme, pareció suavizar algunos de los tonos más radicales utilizados durante su campaña, en la que Trump acusó a los inmigrantes de ser responsables de la criminalidad y de «robar» los trabajos de los estadounidenses. En su intervención, también hizo un llamado a la unidad, destacando que Estados Unidos necesita “ayuda urgente” y prometió que su gobierno trabajará para resolver los problemas internos.
«Tenemos que ayudar a que nuestro país cicatrice. Tenemos un país que necesita ayuda, y la necesita urgentemente. Vamos a arreglar nuestras fronteras», afirmó Trump, quien destacó que su victoria en estados clave como Pensilvania, Georgia y Carolina del Norte allanó su camino hacia la Casa Blanca.
A lo largo de su campaña, Trump había prometido utilizar medidas drásticas, como la ley marcial, para deportar masivamente a los inmigrantes indocumentados. Aunque en su mensaje más reciente no hizo mención directa a esas propuestas extremas, su enfoque en la seguridad fronteriza sigue siendo un pilar central de su política.
El discurso de Trump refleja su enfoque sobre la inmigración y su intención de consolidar su liderazgo en medio de la polarización que ha caracterizado su campaña.