El embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, expresó fuertes críticas hacia la gestión de seguridad del expresidente Andrés Manuel López Obrador, particularmente en lo que respecta a la negativa de aceptar apoyo económico de su país. En una conferencia de prensa realizada el 13 de noviembre, Salazar reveló que el gobierno de López Obrador rechazó una oferta de hasta 32 millones de dólares destinados a mejorar la seguridad en México.

Salazar señaló que durante el sexenio de AMLO se le indicó al presidente mexicano que la política de austeridad republicana no beneficiaba al sector de la seguridad, ya que «empeoraba» la situación. “Cuando se habla de la austeridad republicana, en el tema de la seguridad, es lo mismo que decir: no le pongan el esfuerzo en apoyar a las policías. Entonces, ¿qué pasa? La policía se va a la corrupción porque no les dan suficiente para poder vivir”, afirmó el embajador.

El diplomático también subrayó que la creciente inseguridad en México, particularmente el tráfico de drogas y armas, está estrechamente vinculada al temor en Estados Unidos por el aumento del fentanilo. En este sentido, destacó la incertidumbre sobre las acciones de México en la lucha contra la delincuencia organizada, lo que podría afectar las inversiones necesarias para enfrentar la crisis de seguridad.

Salazar mencionó, además, que la administración anterior no avanzó en el marco de cooperación que se había establecido para el bicentenario de la seguridad entre ambos países, el cual incluía una asignación de 22 millones de dólares a México. Este plan fue suspendido bajo la gestión de López Obrador.

El embajador también cuestionó la efectividad de la estrategia de “abrazos, no balazos”, señalando que aunque la prevención es un aspecto positivo, la falta de acción contundente contra la criminalidad no resolvía el problema de fondo. «El pueblo de México no vive en seguridad y eso se tiene que ver muy claramente», añadió.

Finalmente, Salazar comentó que el presidente electo de EE.UU., Donald Trump, deberá mantener conversaciones con la presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum, para establecer estrategias conjuntas contra la delincuencia, confiando en que el plan de seguridad de Sheinbaum podría representar una vía efectiva en este sentido.