«Según algunos expertos, lo que está sucediendo en Gaza tiene características de genocidio. Debería investigarse con atención para determinar si encaja en la definición técnica formulada por juristas y organismos internacionales», remarca Francisco en la obra.
«Pienso sobre todo en quién deja Gaza en medio de la carestía que ha golpeado a los hermanos palestinos frente a la dificultad de hacer llegar comida yayuda en su territorio», agrega el papa.
Desde su punto de vista, en Oriente Medio hay «las puertas abiertas de naciones como Jordania o el Líbano, que siguen siendo salvación para millones de personas que huyen de los conflictos de la zona».
El libro, «La esperanza no defrauda nunca», ha sido editado por el periodista Hernán Reyes Alcaide y se publicará este próximo martes en Italia, España y América Latina, y después en otros países. La obra se publica ante la celebración del Jubileo que comenzará el 24 de diciembre de este año y se alargará durante 2025, cuando se espera qu unos 30 millones de fieles católicos vayan a Roma de peregrinaje.
En la obra, el papa reflexiona sobre geopolítica, familia, clima, educación, la realidad social y económica mundial o migración.
Para el pontífice, hay «una globalización de la indiferencia» a la que debe responderse «con la globalización de caridad y cooperación», especialmente en cuestiones como el fenómeno actual de la migración.
«Ante este desafío, ningún país puede quedarse solo y nadie puede pensar en abordar el asunto de forma aislada mediante leyes más restrictivas y represivas, a veces aprobadas bajo la presión del miedo o en busca de ventajas electorales», asegura el papa, que insta a que «se humanicen las condiciones de los inmigrantes».
De acuerdo con el papa, se debe involucrar «a los países de origen de los mayores flujos migratorios en un nuevo círculo virtuoso de crecimiento económico y paz que incluya a todo el planeta».
«Para que la migración sea una decisión verdaderamente libre, es necesario hacer todo lo posible para asegurar a todos la participación igualitaria en el bien común, el respeto a los derechos fundamentales y el acceso al desarrollo humano integral», considera.
En este sentido, «solo si se garantiza esta plataforma básica en todas las naciones del mundo podremos decir que quienes migran lo hacen libremente, y podremos pensar en una solución verdaderamente global al problema».
«Para lograr este escenario debemos dar el paso preliminar fundamental a poner fin a las condiciones comerciales desiguales entre diferentes países del mundo», apela Francisco.
Según denuncia, hay «una realidad que solo consiste en una transacción entre filiales que saquean los territorios de los países pobres y envían sus productos e ingresos» a los países desarrollados.
«Me vienen en mente, por ejemplo, los sectores vinculados a la explotación de los recursos naturales subterráneos. Son las venas abiertas de estos territorios», dice el papa, en referencia a Eduardo Galeano, autor de la obra «Las venas abiertas de América Latina».
El papa reitera también su apelación a acoger a los migrantes.
«Al pedir que se les abran las puertas, insto también a favorecer su desarrollo integral, a darles la oportunidad de realizarse como personas en todas las dimensiones que componen la humanidad prevista por el Creador», destaca Francisco.