El neerlandés Max Verstappen (Red Bull) tiene este fin de semana, en el GP de Las Vegas, la primera de sus tres oportunidades para emular a Sebastian Vettel y a Alain Prost y asegurar su corona como nuevo ‘rey’ del automovilismo en la ciudad del ‘rey del rock and roll’ y el paraíso del juego americano.

Con todo prácticamente decidido en las tres primeras posiciones del Mundial de pilotos, estas tres últimas carreras sí tendrán el estímulo de conocer al mejor constructor, una lucha mucho más animada, con McLaren liderando, con 593 puntos, sobre Ferrari (557) y Red Bull (544).

Y es que, en la clasificación de pilotos, a Verstappen le basta con igualar e incluso podría perder dos puntos respecto al británico Lando Norris (McLaren) para ser nuevo campeón del mundo en Las Vegas.

Pese a tener un monoplaza mejor y un aliado en su compañero Oscar Piastri (McLaren), el británico no ha podido seguir el ritmo del neerlandés, que ha realizado un ejercicio de supervivencia semana a semana y que a falta de 86 puntos en juego tiene una gran oportunidad este fin de semana en EEUU.

Más allá de esa resistencia ejercida gran premio a gran premio, ‘Mad Max’ ha reivindicado este año que no es sólo su monoplaza lo que le hace ser campeón, sino también una conducción brillante que exhibió hace apenas unas semanas en el GP de Sao Paulo, remontando de la décimo séptima a la primera posición en una carrera en la que Norris pasó de la ‘pole’ a la sexta plaza.

Esa demostración de dominio y de exuberancia ha rematado por completo a McLaren, que desde que acabó el GP de España se reivindicó como un contendiente fuerte y capaz de disputarle el título al neerlandés, pero que, en la práctica, no ha sido más que un agitador y un invitado a la fiesta de Verstappen.

Al menos, el neerlandés ha tenido que sufrir una sequía de diez grandes premios sin triunfo, la constatación de que también es ‘mortal’ sobre las cuatro ruedas, aunque ese triunfo ha terminado por ser una proclama de la superioridad del astro neerlandés, que, eso si ha tenido que sufrir algo más que en estos dos últimos cursos.

Así, a falta de 86 puntos -ya que en Qatar se podrán sumar hasta 34 (8 de la victoria al esprint, más 25+1 en la carrera)- la fiesta se puede dar sobre el asfalto de la ciudad del exceso y el juego, en la que la F1 estima un impacto económico de 1.300 millones de euros, con paquetes que alcanzan, incluso, los 40.000 dólares.