La rivalidad entre Robbie Williams y los hermanos Gallagher es una de las más famosas en el mundo de la música británica. Desde aquellos años de los 90, cuando Oasis dominaba las listas de éxitos y Take That vivía su auge, las disputas entre ambos bandos han marcado la historia del pop-rock. Pero, como suele suceder en los viejos amores, lo que parecía olvidado se reavivó recientemente, y el protagonista no fue otro que Robbie Williams.
En medio de la promoción de su biopic Better Man, el cantante de Angels aprovechó la oportunidad para lanzar una dura crítica a Oasis, específicamente al aumento de los precios de los boletos para sus conciertos. Con su inconfundible estilo irreverente, Williams no solo cuestionó las decisiones de la banda de los hermanos Gallagher, sino que también dejó en claro que, si hubiera sido él, habría gestionado el asunto de manera diferente. La intervención de Williams no pasó inadvertida, y una vez más, la guerra de declaraciones entre los ex rivales está más viva que nunca.
La gira de Oasis volvió a estar en el centro de la controversia debido a los precios dinámicos de las entradas (los valores cambian de acuerdo a la demanda). La banda ha insistido en que no tuvo responsabilidad en esta metodología y señaló a la comercializadora como la principal responsable. Según la versión oficial de los hermanos Gallagher, el alza en los precios fue una decisión tomada por la plataforma de venta de entradas, no por ellos mismos. Sin embargo, este argumento no convenció a muchos fans ni a otros artistas del medio, incluido Robbie Williams.
El escándalo estalló cuando la banda anunció dos fechas adicionales en Londres para septiembre de 2025, implementando un nuevo sistema de venta por invitación para abordar las dificultades experimentadas por los fans. El sorpresivo aumento en el costo de los boletos, que llegaron a duplicarse en algunos casos, pasando de 148 a 355 libras esterlinas (aprox USD 460), provocó críticas y la atención del gobierno británico y la autoridad de competencia, quienes han prometido investigar el uso de precios dinámicos en la venta de boletos.
En una entrevista con The Mirror, Williams, quien también se encuentra preparando su próxima gira, aprovechó la oportunidad para lanzar una provocación mordaz. Con el tono sarcástico que lo caracteriza, el cantante británico afirmó: “Me voy de gira el año que viene, debería haber puesto un precio dinámico. Si solo se me hubiese ocurrido… Pero esos bastardos lo hicieron primero”.
«Oh, pero no hay forma de que fuera su idea”, se burló, en clara referencia a la actitud de los Gallagher.
El regreso de una vieja enemistad
La relación entre Robbie Williams y los hermanos Gallagher ha estado marcada por décadas de desdén y rivalidades públicas. En 2000, durante la ceremonia de los BRIT Awards, Noel Gallagher lanzó uno de los comentarios más infames sobre Williams, llamándolo “ese bailarín gordo de Take That”. Este ataque verbal fue solo el comienzo de un largo tira y afloja que culminó con una serie de disputas entre los dos, alimentadas por constantes declaraciones despectivas y ataques públicos. Incluso en años posteriores, tanto Liam como Noel no perdieron oportunidad de referirse a Robbie con adjetivos ofensivos, como “el idiota gordo”.
En entrevistas posteriores, Williams ha hablado de lo difícil que fue lidiar con las constantes críticas, especialmente cuando la prensa británica se sumaba al acoso mediático. En una conversación con el podcast Talent Takes Practice, Robbie reveló cómo esas palabras lo afectaron profundamente: “Recuerdo cada sílaba de todo lo que dijeron sobre mí. Me sentía atacado constantemente, y la única opción que vi fue irme del país. Fue insoportable”, comentó, revelando el impacto emocional que tuvo la enemistad con los hermanos Gallagher.
Aunque la rivalidad parece haberse calmado con el tiempo, las nuevas declaraciones de Robbie Williams demuestran que, en el fondo, sigue siendo un tema pendiente.
Robbie Williams y su transformación personal
Además de su desdén hacia Oasis, Robbie Williams aprovechó la ocasión para hablar sobre su transformación física, un tema que también ha sido objeto de numerosas especulaciones en los últimos meses. El cantante británico, que ha luchado con el sobrepeso durante gran parte de su vida, reveló en una reciente entrevista que su figura más esbelta es el resultado de un tratamiento con Ozempic, un medicamento utilizado para controlar la diabetes tipo 2 y que también ha ganado notoriedad como supresor del apetito.
“Todo lo que ven aquí, Ozempic, GHG, testosterona, Prozac, ansiedad”, comentó, mientras se refería a su impresionante pérdida de peso en una fiesta posterior a la premiere de su biopic Better Man.
El cantante, que mide 1,85 metros y antes pesaba alrededor de 90 kilogramos, ha perdido más de 9 kilos gracias a estos tratamientos, y no dudó en hacer un comentario irónico sobre su salud mental. “Lo necesito, médicamente. He sido diagnosticado con ‘auto-desprecio tipo 2′. Es algo catastrófico para mi salud mental el estar más gordo”, comentó entre risas, pero también con un dejo de sinceridad que refleja las luchas internas de Robbie.
La revelación sobre el uso de Ozempic no fue una sorpresa total, ya que Williams había hablado anteriormente sobre sus dificultades con su imagen corporal. De hecho, en entrevistas pasadas, mencionó que su voz interna, cuando está más pesado, se vuelve “cruel” y “desgarradora”, como si el mismo mundo le hablara con desprecio.
La entrevista de Robbie Williams ha puesto una vez más sobre la mesa una enemistad que parecía olvidada. Aunque los hermanos Gallagher siguen siendo una de las bandas más emblemáticas del Reino Unido, la relación con Williams sigue siendo tensa, un recordatorio de los enfrentamientos que marcaron una época dorada del pop británico. Sin embargo, no cabe duda de que, a pesar de sus diferencias, el mundo de la música sigue girando en torno a estas figuras que, de una forma u otra, continúan siendo protagonistas en la escena mediática.
Robbie Williams sigue sin esconder sus opiniones, ya sean sobre sus rivales o sobre su propia vida. Y es que, como él mismo dijo, cuando se trata de los Gallagher, “no hay forma de que lo hubieran hecho”. El cantante no parece dispuesto a dejar que las viejas disputas caigan en el olvido, y su humor sigue siendo una de sus armas más afiladas.