Leonardo Limón
El director mexicano Alfonso Ruizpalacios ha demostrado su talento detrás de la cámara en cintas como Güeros, Museo y Una película de policías. En esta ocasión, estrena su quinto largometraje, La Cocina, donde adapta a la pantalla grande la obra teatral homónima de Arnold Wesker. Ruizpalacios realiza una labor destacada tanto en la dirección como en el guion, creando una atmósfera teatral perfectamente elaborada para narrarse a través del lente. En esta película, podemos apreciar la evolución de su cine y la maestría con la que maneja tanto su puesta en escena como el trabajo actoral.
La Cocina cuenta la historia de un restaurante en Nueva York que reúne en sus filas a una gran cantidad de cocineros provenientes de todo el mundo, todos en busca del “sueño americano”, incluidos los chefs estadounidenses. Un día, el restaurante se ve alterado por la pérdida de dinero de una de las cajas. Mientras el personal intenta descubrir quién fue el responsable del robo, la dinámica del lugar y las relaciones entre sus integrantes se ven profundamente afectadas.
Ruizpalacios construye una crítica que aborda diversos temas: el “sueño americano”, el capitalismo y la política estadounidense. Sin embargo, el eje principal es la migración y las historias individuales que cada migrante lleva consigo.
El mejor ejemplo es Pedro, el protagonista, quien, en su búsqueda de una “vida mejor”, ha perdido su identidad. Alejado de su familia e incapaz de formar una nueva, está atrapado en un interminable trámite de ciudadanía. En un país que no se preocupa por él, Pedro se encuentra abandonado a su suerte, sin siquiera poder llorar en inglés para que los demás empaticen con su dolor.
La cinta nos muestra que cada migrante tiene una historia única, marcada por traumas, miedos y carencias que los obligaron a dejar todo atrás para aventurarse a un país que no siempre los recibe con los brazos abiertos.
Mientras tanto, el filme explora el caos del mundo gastronómico, evocando inevitablemente a la aclamada serie The Bear. En ambas historias, el frenesí de la cocina empuja a los personajes a un ritmo frenético y desesperado. Aquí, Ruizpalacios utiliza planos secuencia para sumergir al espectador en el caos, logrando transmitir el estrés y la ansiedad que prevalecen en las entrañas del restaurante.
La Cocina es, sin duda, una de las grandes sorpresas cinematográficas del año. Aunque la coproducción México-estadounidense ha sido bien recibida por la crítica, lamentablemente no ha contado con el respaldo esperado en la taquilla nacional. Por ello, si tiene la oportunidad, no deje de verla. Además, el trabajo actoral del elenco, encabezado por Raúl Briones y Rooney Mara, es excepcional y hace que cada segundo valga la pena.