Los 45.725 asistentes al «Clásico de Leyendas» que este domingo disputaron en Tokio el choque entre estrellas del Barcelona y del Real Madrid volvieron a ver sobre el terreno de juego a exjugadores de ambos conjuntos, entre ellos los azulgranas Andrés Iniesta y Xavi Hernández que una década después volvieron a compartir césped.
En tributo a Iniesta tras su anuncio de retirada el pasado mes de octubre, el partido en el Estadio Ajinomoto comenzó con un Barcelona fiel a su estilo, acaparador de la posesión del balón que culminó con un gol encajado por el Real Madrid en su propia puerta.
Javier Saviola, que llegó al Barcelona en 2001 y jugó una temporada en el Real Madrid seis años más tarde, estrenó la portería en el minuto 31 vestido con la camiseta culé, en un tanto que el guardameta galáctico Iker Casillas no pudo detener.
El marcador no volvió a moverse hasta finales de la segunda parte, cuando Javier Balboa, que militó en el club blanco entre los años 2005 y 2008 -algunos de los cuales fue cedido-, anotó un tanto de penalti.
Iniesta, vestido con la camiseta que lució durante 16 años y en un estadio lleno de aficionados nipones que quisieron decirle adiós, apareció en el minuto 90+4 con un tiro a puerta que terminó en un autogol de los blancos.
«Ha sido un momento muy especial volver a jugar con Xavi después de 9 o 10 años. Evidentemente, no es como antes, pero ha sido muy bonito volver a compartir equipo y el centro del campo», dijo Iniesta después del que fue su último partido, disputado en el país que lo acogió cinco años al militar en el Vissel Kobe.
Saviola también se mostró emocionado de jugar como leyenda culé: «Siempre viví, toda la vida, del gol. Seguir marcando y disfrutando cada vez que nos toca jugar, y más con el estadio lleno y con tanto cariño que nos ofrecen en Japón siempre, la alegría es más grande todavía».
Por su parte, Fabio Cannavaro, que portó la camiseta merengue entre 2006 y 2009, y fue Balón de Oro en 2006, expresó: «Siempre cuando te llama el Madrid para hacer este partido (un Clásico) te llena de orgullo porque vestir esta camiseta no es normal, es algo especial. Siempre te da buen recuerdo, siempre es bueno venir aquí y disfrutar con los amigos».
Excompañeros, exrivales y, sobre todo, amigos de dos de los equipos más importantes del mundo volvieron a coincidir en el terreno de juego, en un partido que, en palabras de Iniesta, fue «bonito» y «tuvo de todo».