En un proceso geológico que se desarrollará a lo largo de millones de años, el continente africano podría fragmentarse, dando paso a la formación de un nuevo continente y un sexto océano. Este fenómeno se debe a la continua actividad tectónica de las placas de la Tierra, que, a través de terremotos y desplazamientos de grandes bloques de tierra, modifican la estructura del planeta.

El epicentro de este cambio se encuentra en el Gran Valle del Rift, una vasta fractura geológica que atraviesa África Oriental, desde Etiopía hasta Mozambique. Esta grieta, que mide alrededor de 60 kilómetros de largo, es testigo de la división progresiva de la placa africana, un proceso que está impulsado por las fuerzas tectónicas en juego. Los expertos aseguran que, a medida que las placas se separan, el Valle del Rift se ensanchará, lo que eventualmente provocará la creación de un nuevo océano en el espacio vacío entre las dos secciones del continente.

Este fenómeno recuerda a lo que sucedió hace unos 200 millones de años, cuando el supercontinente Pangea se fragmentó para dar lugar a los actuales continentes y océanos. De la misma manera, África está experimentando una división que podría dar origen a un nuevo continente, que se separaría del continente principal, junto con la formación de un océano que sería el sexto en el planeta.

Si bien este proceso llevará millones de años, la actividad sísmica y tectónica que está ocurriendo actualmente en la región es un indicio de que la Tierra sigue en constante transformación. A lo largo de este tiempo, se podría presenciar el surgimiento de una nueva geografía en la superficie terrestre, un recordatorio de la dinámica de nuestro planeta y su capacidad para reinventarse geológicamente.