Un reciente estudio publicado en la revista Science ha puesto en alerta a la comunidad científica, revelando que el Sol podría producir superllamaradas mucho más violentas de lo que se había estimado. Estas explosiones solares, capaces de liberar más energía que un billón de bombas de hidrógeno, ocurren con una mayor frecuencia de lo que pensábamos, cada aproximadamente 100 años.

A través del telescopio espacial Kepler de la NASA, los investigadores analizaron datos de 220,000 años de actividad estelar, observando más de 56,000 estrellas similares al Sol. En este estudio, se identificaron 2,889 superllamaradas en 2,527 estrellas, lo que ha llevado a los científicos a replantear la frecuencia de estos fenómenos. En lugar de ocurrir una vez cada mil o diez mil años, como se pensaba anteriormente, ahora se sabe que estos eventos podrían ser mucho más comunes.

Las consecuencias para la Tierra de una superllamarada podrían ser devastadoras. Estos fenómenos tienen el potencial de generar tormentas solares de gran escala, afectando las comunicaciones globales, la infraestructura eléctrica e incluso los satélites en órbita. El evento más potente registrado hasta la fecha ocurrió en 1859, cuando una tormenta solar masiva interrumpió las redes telegráficas en Europa y América del Norte. Sin embargo, se estima que una superllamarada podría liberar 100 veces más energía que aquel evento.

Aunque los estudios muestran que tales erupciones son raras, los datos actuales indican que el Sol podría experimentar una erupción mucho más poderosa en el futuro, lo que plantea una nueva preocupación sobre cómo las futuras tormentas solares podrían afectar nuestra tecnología.