Autoridades de Estados Unidos deportaron a México a Osiel Cárdenas Guillén, exlíder del Cártel del Golfo y figura clave en la creación de Los Zetas. Cárdenas Guillén, de 57 años, fue trasladado a territorio mexicano tras cumplir una condena de 14 años en Estados Unidos, donde estuvo preso por sus actividades delictivas.
El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) informó que el narcotraficante fue deportado por la frontera de San Diego, California, hacia Tijuana, Baja California. Al llegar a México, fue ingresado en el Centro Federal de Readaptación Social No. 1, también conocido como el Altiplano, en el Estado de México. Según las autoridades mexicanas, Cárdenas Guillén enfrenta cargos por homicidio y posesión ilegal de armas de fuego.
La deportación fue el resultado de una investigación criminal llevada a cabo por varias agencias de seguridad en Estados Unidos. En el Registro Nacional de Detenciones de México, su nombre ya aparece con la fecha de arresto de este lunes, 16 de diciembre. La ficha oficial del gobierno mexicano lo describe como un hombre de tez morena clara, cabello cano y escaso. Durante su deportación, llevaba una chamarra negra, pantalón de mezclilla azul y zapatos deportivos.
El legado de Osiel Cárdenas Guillén
Osiel Cárdenas fue uno de los narcotraficantes más poderosos en México a finales de los años 90, al frente del Cártel del Golfo. Bajo su liderazgo, este grupo se consolidó como uno de los más fuertes en el país. Fue responsable de crear Los Zetas, un grupo de élite formado por militares desertores, que se convirtió en una organización independiente, conocida por sus tácticas militarizadas y su diversificación hacia otros crímenes como el secuestro y la extorsión.
Según la experta en narcotráfico Guadalupe Correa-Cabrera, de la Universidad George Mason, “Cárdenas Guillén transformó el crimen organizado en México, marcando el inicio de una era de violencia extrema”. Durante su mandato, se libró una feroz guerra contra Joaquín “El Chapo” Guzmán, líder del Cártel de Sinaloa, lo que dio lugar a una de las etapas más violentas en la historia del narcotráfico mexicano.
La deportación de Osiel Cárdenas Guillén marca un hito en la lucha contra el crimen organizado, al tratarse de uno de los narcotraficantes más notorios de las últimas décadas en México.