La película «Emilia Pérez», dirigida por Jacques Audiard, ha provocado un intenso debate desde su estreno. Con una trama que mezcla elementos de musical y narcotráfico, y con las actuaciones de Karla Sofía, la producción ha sido duramente criticada tanto por el público como por la crítica especializada.
El centro de la controversia no solo ha sido la actuación de Selena Gomez, mencionada por Eugenio Derbez, sino también el guion, acusado de ser estereotípico. Sin embargo, la mayor parte del debate se ha centrado en la visión del director francés. Audiard, conocido por su trabajo en el cine europeo, decidió abordar el complejo tema del narcotráfico en México; sin embargo, su enfoque ha sido señalado como superficial y falto de sensibilidad cultural.
Uno de los aspectos más criticados de la película es la ausencia de voces mexicanas en la dirección y el guion, lo que, según muchos, refuerza los estereotipos en lugar de desafiarlos. Este vacío cultural ha intensificado la polémica, pues se considera que un tema tan delicado como el narcotráfico requiere una representación más auténtica y respetuosa.
La controversia alcanzó su punto máximo cuando, en una reciente entrevista, se le preguntó a Jacques Audiard sobre el nivel de investigación realizado para retratar el narcotráfico mexicano. Su respuesta, traducida al español, sorprendió y generó indignación: «No, no estudié tanto… Lo que tenía que entender, ya lo sabía un poco». Estas palabras no solo fueron vistas como una falta de preparación, sino también como una muestra de desdén hacia la realidad que intentaba retratar.
En las redes sociales, las reacciones fueron inmediatas, con miles de comentarios negativos que calificaron la respuesta del director como irresponsable. Muchos usuarios consideraron que sus palabras confirmaban lo que ya sospechaban: que la película carece de autenticidad y profundidad al abordar la realidad mexicana. «Y aún así le darán el Oscar y nosotros los mexicanos quedaremos…» o «Lo que tenía que entender: ‘exacto, una película basada en el amarillismo de memoria’», fueron algunas de las reacciones que reflejaron el enojo del público. Incluso se comentó que hasta la traductora parecía sorprendida por la respuesta de Audiard.
Esta polémica resalta un tema recurrente en la industria cinematográfica: la representación cultural. Mientras algunos directores optan por una investigación exhaustiva y colaboran estrechamente con voces locales para garantizar una representación auténtica, otros, como Jacques Audiard, parecen preferir un enfoque más personal y subjetivo. Aunque este estilo puede funcionar en algunos casos, cuando se trata de temas tan sensibles como el narcotráfico, que afecta directamente a millones de personas, una representación superficial no solo resulta ofensiva, sino también potencialmente dañina.