El sábado 28 de diciembre será recordado como un día sombrío para la aviación internacional, tras registrarse cuatro incidentes similares en distintas regiones del mundo. El más grave de estos accidentes ocurrió en Corea del Sur, donde más de un centenar de personas perdieron la vida.
En Muan, Corea del Sur, un accidente ocurrido durante el aterrizaje de una aeronave de Jeju Air dejó 179 personas fallecidas, aparentemente debido a una colisión con aves. De las 181 personas a bordo, solo dos miembros de la tripulación lograron ser rescatados del avión en llamas.
El vuelo JJA-2216 viajaba desde Bangkok, Tailandia, hacia Muan, en el suroeste de Corea del Sur. A bordo, había 175 pasajeros y seis miembros de la tripulación.
Las imágenes televisivas mostraron el avión con humo saliendo de sus motores antes de estrellarse contra una barrera y ser consumido por las llamas.
En Canadá, un avión de Air Canada sufrió un accidente la noche del sábado al realizar un aterrizaje de emergencia en el Aeropuerto Internacional Halifax Stanfield debido a un fallo en su tren de aterrizaje.
El vuelo, operado por PAL Airlines, transportaba a 70 pasajeros y había despegado desde el Aeropuerto Internacional de San Juan de Terranova. El avión derrapó en la pista tras el mal funcionamiento del tren de aterrizaje.
Los equipos de emergencia acudieron rápidamente para extinguir las llamas y evacuaron a todos los pasajeros de inmediato.
En Noruega, un vuelo de Royal Dutch Airlines (KLM) realizó un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de Torp, en Sandefjord. El Boeing 737-800 (PH-BXM), que viajaba de Oslo a Ámsterdam, sufrió una avería hidráulica y terminó en la hierba junto a la pista. Las autoridades han informado que no hubo víctimas ni heridos en el incidente.
En México, un avión de Viva Aerobús declaró estado de emergencia mientras sobrevolaba el Golfo de México, lo que obligó a realizar un aterrizaje de emergencia.
El Airbus A320, que operaba el vuelo 2220 de la aerolínea, viajaba de Cancún a Ciudad Juárez. La emergencia ocurrió a 10,000 pies de altura, justo después de haber despegado de Cancún.
A solo 50 minutos del despegue, la cabina del avión perdió la presión del aire, lo que obligó al piloto a descender de emergencia en el Golfo de México. Finalmente, el avión aterrizó sin problemas en el Aeropuerto Internacional de Monterrey.
Afortunadamente, tanto los miembros de la tripulación como los pasajeros resultaron ilesos en el incidente.