El Real Valladolid, colista de LaLiga, se despidió de la Copa del Rey después de caer ante el Ourense, que remontó en dos ocasiones la eliminatoria, culminada con un gran gol de Ángel Sánchez en el inicio del segundo tiempo.
No obstante, lo peor para el conjunto pucelano fueron las lesiones del portero estonio Karl Jakob Hein, el croata Stanko Juric y Raúl Moro, esta última a falta de 20 minutos para el final del encuentro, cuando su entrenador, el argentino Diego Cocca, ya había agotado sus cambios.
El equipo gallego tuvo más ambición que su rival, que dejó una preocupante imagen en O Couto. El equipo de Pablo López se sobrepuso a cada golpe vallisoletano para citarse con la historia en los octavos de final de la Copa. Hacía 25 años que un equipo ourensano no llegaba a esa ronda. Fue el histórico Ourense ante el Barcelona que entonces dirigía el neerlandés Louis Van Gaal.
El Valladolid se adelantó sobrepasado el minuto diez con un golazo de Raúl Moro, pero la alegría le duró un par de minutos. Jairo recibió en el centro del campo, los jugadores vallisoletanos le dejaron llegar al área y el exfutbolista del Dépor sacó un potente disparo para igualar el choque.
Otra acción de inspiración de Raúl Moro, sobrepasado el ecuador del primer tiempo, la finalizó Amallah para adelantar nuevamente al Valladolid, castigado antes del descanso por otro error defensivo de sus centrales, sin contundencia para despejar un balón que Jerin explotó tras ganar en el salto a Torres.
El inicio del segundo tiempo fue catastrófico para el Valladolid, que perdió al croata Juric por lesión y encajó el tercero, después de una gran finalización de Ángel Sánchez para premiar la mayor ambición de su equipo.
Ese gol desarboló al equipo de Cocca, sin ideas en la zona de creación. El Ourense no sufría. Por eso, el técnico argentino agitó su once con la entrada de Latasa, Anuar e Iván Sánchez, apenas unos minutos antes de que Raúl Moro asustase a todos con una nueva lesión que inicialmente pareció grave.
El internacional sub-21 abandonó el césped por su propio pie, pero su equipo quedó en inferioridad porque Cocca ya había agotado los cambios. Curiosamente, su equipo ofreció sus mejores minutos jugando con diez. Disfrutó incluso de dos buenas ocasiones para forzar la prórroga: el libre directo de Mario Martín se marchó fuera por poco (min.81) y Pato Guillén evitó el gol de Iván Sánchez (min.87).