Recientemente, el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, propuso nombrar al Golfo de México como “Golfo de América”, lo que causó un gran revuelo en redes sociales y miles de críticas debido a que el próximo gobernante busca apropiarse de Canadá y Groenlandia.
Tras las polémicas declaraciones, muchas personas se quedaron con la duda sobre si es posible llevar a cabo dicha modificación en un cuerpo de agua internacional.
¿Qué es el Golfo de México?
El Golfo de México, que cubre más de 1,6 millones de kilómetros cuadrados, es una cuenca oceánica contenida entre el Océano Atlántico y el mar Caribe, entre los litorales del este de México, el sureste de Estados Unidos y el occidente de Cuba.
Por su parte, los estados mexicanos de Tamaulipas, Veracruz, Tabasco, Campeche y Yucatán tienen costa en el golfo, que es una de las regiones de producción de petróleo en alta mar más importantes del mundo y representa el 14 por ciento de la producción total de petróleo crudo y 5 por ciento de la producción de gas natural seco de Estados Unidos.
Por ello, para México este lugar es clave, pues de ahí se extrae la mayor parte del petróleo del país, uno de los principales motores de su economía.
Debido a que colinda con tres países, hay acuerdos internacionales de delimitación fronteriza marítima establecidos por organizaciones como Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar entre Estados Unidos y México, Estados Unidos y Cuba, y México y Cuba.
¿Por qué se llama Golfo de México?
Mapas europeos del siglo XVI dan constancia de que desde entonces se le llamaba Golfo de México. De acuerdo con Susan Parker en el St. Agustine Record, un diario local de Florida, “Baptiste Boazio, el ilustrador y cartógrafo de las expediciones en el Caribe de (el explorador inglés) Francis Drake en la década de 1580, utilizó Golfo de México en su mapa llamado ‘Vista de toda la ruta del viaje de Sir Francis Drake a las Indias Occidentales’”.
Otro mapa de 1630 llamó al cuerpo de agua “Golfo de Nueva España”, debido al virreinato que se imponía entonces. Sin embargo, Golfo de México es el nombre que continuó utilizándose con más frecuencia durante más de 400 años.
¿Hay posibilidad de cambiar el nombre?
Para realizar dicho cambio, Donald Trump necesitaría la aprobación de México y Cuba para cambiar el hombre. Sin embargo, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, ya negó dicho cambio, mientras que el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, dijo que el lugar “seguirá llamándose Golfo de México”.
Trump también requeriría la evaluación y aprobación de varios organismos internacionales, incluidos la Organización Hidrográfica Internacional, la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar y el Grupo de Expertos de Naciones Unidas en Nombres Geográficos (UNGEGN).
Además, como el Golfo de México alberga una amplia variedad de hábitats y ecosistemas marinos y costeros, un nuevo nombre conllevaría cambios legales en cartas náuticas, mapas oficiales y legislaciones nacionales que cada país involucrado debería reflejar.
Por otro lado, existe la posibilidad de que Trump pueda cambiar el nombre de forma unilateral, aunque los demás países no lo reconozcan. Y es que en Estados Unidos hay mecanismos para renombrar lugares reconocidos por el gobierno federal. Uno de dichos mecanismos es la Junta de Estados Unidos para Nombres Geográficos.
Cabe mencionar que si Trump llevara a cabo la propuesta, no sería el primer presidente estadounidense que pide un cambio geográfico, pues en 2015 el entonces presidente Barack Obama cambió el nombre del monte McKinley, el pico más alto de América del Norte, por el de monte Denali, un nombre atabascano utilizado por generaciones de nativos de Alaska que significa “la más grande”.