Un grupo de activistas llevó a cabo una protesta en las inmediaciones de la Embajada de los Estados Unidos en la Ciudad de México, la cual se volvió viral en las redes sociales. En la manifestación, los participantes quemaron una piñata que representaba al ahora presidente de EE. UU., Donald Trump, como una forma de rechazo a sus políticas y actitudes hacia México.
La protesta se realizó en el marco de la toma de protesta de Donald Trump y las tensiones históricas y políticas entre ambos países, especialmente por las declaraciones y acciones de Trump durante su primer mandato de Trump (2017-2021), que incluían temas como la construcción del muro fronterizo y sus comentarios peyorativos sobre los mexicanos. Los activistas, entre los que se encontraban miembros de organizaciones sociales y grupos de derechos humanos, utilizaron la figura de Trump como un símbolo del rechazo a las políticas migratorias y a las iniciativas que muchos consideran anti-mexicanas.
El acto de quemar la piñata fue realizado de manera simbólica y estuvo acompañado de consignas en contra de las políticas de la administración de Trump. En sus carteles y pancartas, los manifestantes expresaron su rechazo a la xenofobia, el racismo y la política migratoria del expresidente, recordando las polémicas que marcaron su mandato, como el llamado a la construcción del muro fronterizo y su propuesta de recortes a los derechos de los migrantes mexicanos.
Los participantes también exigieron a las autoridades estadounidenses un cambio en su enfoque hacia México, buscando que se promuevan políticas de respeto, cooperación y entendimiento mutuo. Aunque el acto fue mayormente simbólico, reflejó las tensiones subyacentes que existen entre ambos países, a pesar de los esfuerzos diplomáticos por mejorar la relación bilateral.
A través de este tipo de manifestaciones, los activistas buscan generar conciencia sobre los impactos que las políticas de figuras como Trump tienen en las comunidades mexicanas y en la relación con Estados Unidos. La quema de la piñata, una tradición mexicana que se asocia con la crítica social, se convirtió en un medio de expresión de descontento hacia el exmandatario estadounidense y sus políticas.
La acción, que ocurrió sin incidentes violentos, rápidamente se difundió en redes sociales, donde los usuarios compartieron imágenes y videos del evento, lo que generó una amplia discusión sobre las tensiones entre México y EE. UU.