Migrantes deportados, activistas y representantes de organizaciones no gubernamentales se reunieron en Playas de Tijuana para expresar su rechazo a las políticas migratorias del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump. En una protesta simbólica, golpearon una piñata con la figura del mandatario, usando nalgadas, cinturonazos y otros castigos, como parte de su crítica hacia las recientes medidas que, según ellos, perjudican a la comunidad migrante.

Los asistentes al acto acusaron a Trump de “comportarse como un niño caprichoso” al imponer restricciones como el cierre de CBP One, una herramienta que facilita el cruce ordenado de migrantes hacia EE. UU. Además, manifestaron su preocupación por las amenazas de deportaciones masivas.

«Baby Trump, como un niño travieso, debes ser corregido», exclamaron los manifestantes, mientras golpeaban la figura de cartón. También hicieron un llamado a un «día sin latinos», una acción de protesta en la que planean no ver la transmisión de la toma de posesión de Trump, no comprar productos importados y no asistir al trabajo. Su objetivo es resaltar la importancia de la contribución mexicana a las actividades económicas y comerciales.

Jesús María García, director del albergue Juventud 2000, destacó la importancia del programa CBP One para garantizar un ingreso ordenado y seguro para los migrantes. Asimismo, rechazó las deportaciones masivas, recordando los riesgos que enfrentan los deportados al cruzar de manera irregular.

En el muro fronterizo, los asistentes colgaron carteles con frases como «No somos el patio trasero de Estados Unidos» y «Fuera Trump». También ondearon banderas mexicanas como símbolo de su demanda de respeto hacia la comunidad migrante.

José, un migrante deportado originario de Michoacán, compartió su dolor por ser separado de su familia tras años de vivir en EE. UU. La protesta también reflejó el creciente temor entre los migrantes de ser víctimas de grupos criminales en la frontera, que se aprovechan de su vulnerabilidad.

Hugo Castro, coordinador de la coalición S.O.S. Migrantes, subrayó que los migrantes son esenciales para la economía estadounidense y lamentó cómo sus vidas están en peligro debido a las políticas migratorias actuales. «Los migrantes arriesgan sus vidas para trabajar en los campos, apagar incendios y realizar trabajos esenciales», afirmó.

A pesar de las acciones simbólicas, como golpear la piñata de Trump, los organizadores decidieron no quemarla, acordando esperar las primeras decisiones migratorias del nuevo gobierno antes de tomar esa medida. También pidieron al gobierno mexicano que implemente un plan de emergencia para enfrentar las consecuencias de la posible cancelación de CBP One y las deportaciones masivas.

La protesta dejó en claro la creciente preocupación por el futuro de los migrantes y su seguridad, así como la solicitud de un trato más humano y justo.