Polémica en The Brutalist ¿Es ético usar IA para modificar interpretaciones actorales?

El mundo del cine vuelve a encender el debate sobre el uso de la inteligencia artificial. En la reciente producción The Brutalist, dirigida por Brady Corbet, el actor Adrien Brody interpreta al arquitecto ficticio y sobreviviente del Holocausto, László Tóth. Sin embargo, su interpretación fue modificada con IA para perfeccionar su acento húngaro, lo que ha desatado controversias éticas en la industria.

¿Qué sucedió?

Dávid Jancsó, editor de la película, reveló en una entrevista con RedSharkNews que usaron tecnología de Respeecher, una herramienta de IA conocida por replicar voces, para ajustar ciertas palabras en húngaro pronunciadas por Brody. Aunque el actor tiene raíces húngaras, lograr un acento perfecto fue un desafío. Según Jancsó, la IA transformó su propia voz nativa en la de Brody para realizar ajustes minuciosos, todo mientras conservaban la esencia de la actuación original.

Además, la producción utilizó IA generativa para crear dibujos arquitectónicos en el estilo ficticio de László Tóth, que se ven en una secuencia clave de la película.

El debate ético

La manipulación digital de interpretaciones actorales ha dividido opiniones. Aunque los ajustes fueron mínimos, algunos críticos argumentan que el personaje final es una mezcla de Brody y Jancsó. Esto plantea una pregunta fundamental: ¿es ético intervenir de esta manera en la actuación de un actor?

Jancsó defiende la IA como una herramienta para acelerar procesos y reducir costos. Según él, lo realizado con IA podría lograrse por medios tradicionales, aunque con más tiempo y esfuerzo.

El cine y la inteligencia artificial: ¿avance o amenaza?

El caso de The Brutalist reaviva un debate en la industria cinematográfica sobre los límites del uso de IA. ¿Estamos ante una evolución tecnológica que potencia el arte o frente a un camino que podría deshumanizar el cine? La línea entre la asistencia y la sustitución creativa parece cada vez más difusa.

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