El parlamento de Irak ha aprobado recientemente un conjunto de reformas que otorgan mayor autoridad a los tribunales islámicos en cuestiones familiares, lo que incluye la legalización del matrimonio infantil a partir de los nueve años. Esta reforma, que favorece las interpretaciones de la ley islámica, ha generado polémica debido a que contraviene la legislación existente, que establece los 18 años como edad mínima para contraer matrimonio.
La nueva ley otorga a los clérigos, en especial a los de la secta chií, la capacidad de decidir sobre temas como el matrimonio, el divorcio y la herencia, basándose en su interpretación de la ley islámica. A través de estas reformas, los matrimonios religiosos que no se reconocían previamente, ahora serán legales. Además, se impone que todos los matrimonios mixtos, entre suníes y chiíes, deben registrarse con la confesión del esposo.
El tema ha desatado una fuerte oposición, especialmente entre los defensores de los derechos de las mujeres, que temen que esta reforma afecte gravemente la igualdad de género y el bienestar de las niñas. Organizaciones como Human Rights Watch han denunciado que esta reforma limitará el futuro de muchas niñas, obligándolas a casarse a una edad temprana, lo que puede tener consecuencias devastadoras tanto a nivel físico como psicológico.
A pesar de las críticas y protestas que ha generado, los grupos conservadores que impulsaron la ley celebran su aprobación como un paso hacia la justicia. Sin embargo, diversos parlamentarios han señalado irregularidades en el proceso de votación, lo que ha sumado más tensión al debate.