El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, emitió una orden ejecutiva que obliga a las cárceles federales a trasladar a mujeres transgénero a prisiones para hombres; así como detener los tratamientos médicos relacionados con la transición de género.
Lo anterior, como parte de una serie de ordenamientos firmados el pasado 20 de enero, tras llegar a la Casa Blanca.
Según el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano (HUD, por sus siglas en inglés), esta política forma parte de un programa denominado “Acceso igualitario de acuerdo con el género de un individuo en programas de planificación y desarrollo”, con la cual, las cárceles se clasificarán exclusivamente por sexo biológico, sin considerar la identidad de género.
Se estima que, en Estados Unidos, hay mil 500 mujeres transgénero encarceladas, quienes deberán regresar a prisiones de hombres. La medida también se aplicará a personas detenidas en instalaciones de inmigración.
Tras la determinación, las agencias de gobierno también están obligadas a revisar y asegurarse de que los documentos oficiales, como visas o pasaportes, tengan especificado el género como hombre o mujer del titular.
La orden ejecutiva sostiene que “los esfuerzos por erradicar la realidad biológica del sexo atacan fundamentalmente a las mujeres al privarlas de su dignidad, seguridad y bienestar”.
Al respecto, organizaciones defensoras de los derechos de las personas transgénero condenaron la orden, señalando los riesgos que representa para la seguridad y la salud de los presos trans. Shannon Minter, directora legal del National Center for Lesbian Rights, advirtió que la política incrementará los casos de abuso sexual y agresiones físicas.
“Esto también es perjudicial para los funcionarios penitenciarios, que ahora pierden la capacidad de tomar decisiones basadas en la seguridad y las necesidades específicas de cada caso”.
En cuanto a la suspensión de tratamientos hormonales, Jasmine Taski directora ejecutiva de Black and Pink, organización defensora de personas LGBTQ+ que cumplen condena, dijo que mentalmente les puede afectar mucho: “Quitarle los tratamientos hormonales a alguien puede causar una profunda depresión. Para las mujeres trans, perder las características físicas adquiridas puede ser devastador”.