Sobrevivientes del campo de concentración y exterminio nazi de Auschwitz depositaron coronas de flores y velas frente al emblemático “muro de la muerte”, en la conmemoración del 80 aniversario de la liberación de dicha infraestructura criminal.

Fue el 27 de enero de 1945 cuando ese evento puso fin a casi cinco años de asesinatos efectuados por los nazis. Tras ello, Auschwitz se convirtió en símbolo de las atrocidades causadas por la Alemania nazi durante el Holocausto.

Hace 80 años las tropas soviéticas, lideradas por Iosef Stalin estaban en plena contraofensiva contra el ejército de Adolf Hitler, cuando se toparon con los horrores cometidos contra el pueblo judío en Europa.

Se estima que, durante el dominio alemán, 1.1 millones de personas fueron asesinadas en cámaras de gas, para posteriormente ser incineradas. Apenas miles lograron sobrevivir, pero con un estado de salud infrahumano.

El campo de concentración de Auschwitz nació tras la invasión de Polonia, en 1939, en unos terrenos en los que ya había, de forma anterior, unos barracones del Ejército polaco. La idea con esta infraestructura era asesinar al grueso de la población judía, que para 1940, ya había sido apartada en guetos sobrepoblados.

Los encargados fueron Rudolf Hoss hasta 1943 y Arthur Liebehenschel y Richard Baer desde esa fecha hasta 1945. Estas tres personas fueron las encargadas de ampliar el campo y de crear los barracones para los prisioneros y posteriormente las cámaras de gas y los crematorios para eliminar los restos de las personas asesinadas.

Auschwitz I fue la primera fase del campo. En esta parte es donde se tenían las condiciones menos duras y en ella estuvieron encerrados básicamente comunistas, opositores políticos polacos y convictos comunes. A pesar de ello, más de 70.000 personas fueron asesinadas dentro de sus instalaciones.

Posteriormente, se habilitó la construcción de Auschwitz-Birkenau, un extenso campo lleno de barracones de madera y cuatro cámaras de gas con hornos crematorios donde se alojaron la mayoría de los prisioneros judíos y gitanos. Allí se cometieron los mayores crímenes y desde donde se orquestó una matanza sin precedentes en la historia.

Los más jóvenes realizaban trabajos forzados y muchos morían por agotamiento o eran seleccionados para entrar a una cámara de gas. Por ello, el promedio de vida era de los seis a los ocho meses.

Por último, Auschwitz III, era un pequeño campo de trabajo forzado donde se llevaba a técnicos especializados para ayudar a la fabricadora de caucho IG Fabren; este era el que mejores condiciones tenía para los presos.

Además de los asesinatos sistemáticos se realizaron experimentos médicos a cargo de Josef Mengele, quien torturó hasta la muerte a decenas de personas.

De los atroces crímenes, quedan apenas algunas imágenes, pues la mayoría de las fotografías fueron destruidas por los nazis antes de su salida del campo.

Las tomas que quedan es lo que encontraron los soviéticos al ingresar a las instalaciones en enero de 1945. Sin embargo, numerosos relatos que fueron escritos por los supervivientes han ayudado a dimensionar el horror vivido por las personas que fueron deportadas a Auschwitz.

Al respecto, es importante mencionar que los soviéticos sabían de la existencia de Auschwitz, pero sólo al llegar entendieron la magnitud de la barbarie cometida.

Rudolf Hoss, el primer jefe del campo, fue capturado por los británicos en 1945. Él compareció en los Juicios de Núremberg en 1946 que se celebraron para condenar a la cúpula del poder nazi y su castigo fue la ejecución en la horca en 1947 frente a una de las cámaras de gas que ordenó construir en Auschwitz.

Liebehenschel, segundo jefe del campo, también fue condenado a muerte y ejecutado por un tribunal polaco en 1948 y Baer, el último de los jefes, estuvo desaparecido durante varios años hasta que fue detenido y condenado a cadena perpetua. En prisión decidió suicidarse en 1963.

Por su parte, del resto de los mandos, sólo 750 personas recibieron condenas de las más de 6 mil 500 personas detenidas tras liberar el campo.