El Salvador se perfila para ser “Tercer País Seguro”, tras las negociaciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, con Nayib Bukele, su homólogo del país latinoamericano, para poder deportar migrantes de otros países, incluidos miembros del crimen organizado.

Con el acuerdo, el país norteamericano deportaría a migrantes de otras naciones a El Salvador para que soliciten desde allí protección de asilo y no desde suelo estadounidense.

El plan contempla también enviar a El Salvador a supuestos miembros de la banda criminal de origen venezolanos Tren de Aragua, que Trump quiere designar como “organización terrorista” y que ha señalado como responsable de crímenes contra estadounidenses durante la campaña electoral de 2024.

El acuerdo podría firmarse durante la visita la próxima semana del secretario de Estado de EU, Marco Rubio, a El Salvador y a Panamá.

Tras esto, El Salvador se haría cargo de los deportados nicaragüenses y cubanos, cuyos gobiernos (también sancionados por Estados Unidos) se han negado a estas repatriaciones forzosas.

Cabe mencionar que, el pasado jueves, Trump dedicó una de sus primeras llamadas a Bukele, con quien habló de la necesidad de “detener la migración ilegal y golpear a bandas trasnacionales como el Tren de Aragua”.

Al respecto, es importante mencionar que Bukele y Javier Milei, presidente de Argentina, fueron los únicos mandatarios latinos que acudieron a la investidura de Trump.

La afinidad ideológica de ambos podría facilitar el acuerdo que convertiría a El Salvador en “Tercer País Seguro”, evitando así un potencial conflicto del gobierno de Trump con las autoridades mexicanas.