Hay personas que afirman que vieron su vida como si fuera una película cuando estuvieron cerca de la muerte; otras hablan de una luz brillante al final de un túnel. Sin embargo, todo sería una respuesta del cerebro a la muerte.
Un estudio liderado por la neurocientífica, Jimo Borjigin, de la Universidad de Michigan, sugiere que el cerebro no se apaga de inmediato al morir, sino que entra en un estado de hiperactividad. Así lo destacó tras un “descubrimiento por casualidad”.
Al respecto, recordó que estaba examinando las secreciones neuroquímicas de unas ratas después de una cirugía cuando dos murieron. Una mostró una masiva secreción de serotonina en su cerebro, que es un neurotransmisor relacionado con el bienestar.
Hasta el momento, según la medicina, cuando el corazón deja de funcionar, el cuerpo muere. Sin embargo, el cerebro no, además, hay un intervalo de tiempo entre que el corazón se detiene y las neuronas mueren por falta de oxígeno en el cerebro.
Su estudio, en 2013, demostró una intensa actividad de varios neurotransmisores, que son sustancias responsables de la comunicación cerebral. En las ratas, la serotonina aumentó 60 veces, mientras que la dopamina, entre 40 y 60.
Fue hasta 2023 cuando el equipo de Borjigin amplió su investigación a cerebros humanos. Con el permiso de familiares y médicos, monitoreó a cuatro personas en coma que dependían de ventilación mecánica para respirar.
Intensa actividad gamma en el cerebro
Cuando les quitaron dicho soporte vital, los especialistas notaron que dos comenzaron a tener una intensa actividad de ondas gamma, las más rápidas del cerebro relacionadas con el procesamiento de información y la memoria.
Mientras la activación en las ratas fue en todo el cerebro, en los humanos se concentró en la zona conocida como unión temporoparietal occipital, que conecta tres áreas importantes del sistema nervioso. Dicha estructura es responsable de la percepción sensorial y está asociada con la conciencia, los sueños y las alucinaciones visuales.
Otra región fue el área de Wernicke, relacionada con el lenguaje, el oído y la memoria.
Aunque esto solo ocurrió en dos de cuatro casos, el hallazgo se conecta con el fenómeno descrito por el 20 por ciento de personas que han experimentado cercanía a la muerte.
Según Borjigin, esas experiencias, que parecen ser extracorpóreas ocurren, en realidad, dentro de la cabeza.
Otra de las teorías que defiende la científica es que la hiperactivación cerebral sería un mecanismo del cerebro ante la falta de oxígeno.