El 14 de febrero de 2025, un ataque con dron alcanzó el sarcófago de protección del reactor de la central nuclear de Chernobyl, en Ucrania. El director general del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, informó que los bomberos ucranianos continúan trabajando intensamente para extinguir los incendios latentes en la estructura. El ataque provocó un agujero en el sarcófago, diseñado para evitar la emisión de material radiactivo a la atmósfera.

El impacto del ataque y las acciones del OIEA

Grossi calificó el suceso como un incidente grave en términos de seguridad nuclear. Sin embargo, destacó que podría haber sido mucho peor. El equipo del OIEA ha estado supervisando la situación desde el ataque,; y los análisis de radiación han mostrado niveles normales dentro del sarcófago y el resto de la central de Chernobyl. Sin embargo, fotografías térmicas han revelado incendios latentes en la estructura, lo que llevó a la inyección de agua para controlarlos.

Condiciones difíciles para los bomberos

El trabajo de los bomberos ucranianos ha sido complicado, debido a que las condiciones del entorno son difíciles. Las alertas aéreas y la presencia de drones a unos cinco kilómetros de distancia han interrumpido en ocasiones las labores de extinción de los incendios. A pesar de ello, el equipo del OIEA sigue monitoreando y evaluando la situación.

Acusaciones entre Ucrania y Rusia

Tras el ataque, el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, acusó a Rusia de ser responsable. Señaló que Rusia es el único país que ataca instalaciones nucleares sin considerar las consecuencias. En respuesta, el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, negó la implicación de las tropas rusas. Sugirió que el incidente podría ser una provocación del gobierno de Kiev.