Un equipo de científicos de la Universidad del Oeste de Inglaterra (UWE) y el Colegio Rural de Escocia desarrolla Intellipig, un sistema de inteligencia artificial diseñado para interpretar las expresiones faciales de los animales. Su objetivo es detectar si los animales están felices, angustiados o enfermos y mejorar su bienestar en entornos de granja.
El sistema está siendo probado en cerdos, donde una pequeña cámara captura su rostro mientras comen. En menos de un minuto, la IA analiza su hocico, orejas y ojos para identificar signos de malestar. Si detecta algún problema, envía una alerta inmediata al granjero.
IA en el estudio del comportamiento animal
Intellipig no es el único proyecto en este campo. Investigadores en todo el mundo también utilizan IA para analizar el lenguaje facial de especies como caballos, gatos y ovejas.
Según el ingeniero de visión artificial Melvyn Smith, quien lidera el diseño de Intellipig, estas herramientas podrían abrir una nueva era en el bienestar animal, permitiendo interpretar incluso emociones complejas como la felicidad, la frustración o el miedo.
Similitudes entre expresiones animales y humanas
Los humanos comparten hasta un 47 % de sus movimientos faciales con caballos y primates. Sin embargo, esto no significa que podamos interpretar sus emociones con precisión.
Para mejorar la comprensión, algunos científicos han desarrollado «escalas de muecas», que analizan los movimientos musculares en situaciones de dolor o estrés. Por ejemplo, un caballo que gira sus orejas hacia afuera y forma «arrugas de preocupación» sobre sus ojos podría estar experimentando dolor.
IA: una herramienta revolucionaria
Los expertos en comunicación animal han logrado codificar manualmente estos movimientos faciales, pero el proceso es lento: identificar los músculos en una imagen puede tomar 100 segundos y analizar 30 segundos de video, hasta tres horas. En comparación, la IA puede hacer este análisis en cuestión de segundos.
El uso de inteligencia artificial en el estudio del comportamiento animal podría revolucionar el bienestar animal en granjas y refugios. ¿Podría esta tecnología ayudarnos a comprender mejor a nuestras mascotas en el futuro?