BYD, el mayor fabricante de automóviles de China, había planeado construir su primera fábrica en México, una inversión estimada en 600 millones de dólares que generaría 10,000 empleos. Sin embargo, el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca y la intensificación de la guerra comercial con China han frenado este proyecto. Trump, quien recientemente anunció nuevos aranceles a los automóviles, ha complicado las relaciones entre ambos países, lo que ha llevado a México, bajo el liderazgo de Claudia Sheinbaum, a buscar una agenda alineada con Estados Unidos.
Inversiones chinas
México ha decidido no buscar activamente inversiones chinas en este momento; consciente de las posibles implicaciones, como lo señaló Cindy Blanco, secretaria de Desarrollo Económico de Jalisco. Además; China también ha mostrado reticencia a la inversión en México debido a los temores de que la tecnología pueda filtrarse a Estados Unidos. De hecho, el Ministerio de Comercio de China retrasó la aprobación de la planta de BYD en México por esta razón.
Este cambio de enfoque es significativo, ya que; durante el primer mandato de Trump; las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China impulsaron a las empresas chinas a invertir en México para evitar los aranceles impuestos por Estados Unidos. Sin embargo; la situación geopolítica actual ha enfriado las relaciones comerciales; y las empresas chinas están cada vez menos dispuestas a invertir en el país.
China mira a otros países
China está comenzando a mirar otros mercados más receptivos a sus inversiones, como Perú. El país sudamericano ha firmado un tratado de libre comercio con Estados Unidos; y su gobierno se muestra más abierto a la inversión china. Esto, combinado con un nuevo puerto que conecta con Shanghá; ha hecho que Perú sea una opción más atractiva para las empresas chinas.
A pesar de estos cambios, la inversión directa de empresas chinas en México sigue siendo significativa; superando los 2,000 millones de dólares anuales en los últimos tres años. Parte de esta inversión se ha dirigido al Parque Industrial Hofusan, donde operan hasta 40 empresas chinas, incluidos grandes nombres como Kuka Home, Hisense y fabricantes de autopartes.