Este sábado 29 de marzo, el grupo musical Los Alegres del Barranco generó polémica tras proyectar imágenes de Nemesio Oseguera Cervantes, alias ‘El Mencho’, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), durante su presentación en el Auditorio Telmex de Zapopan, Jalisco.
El momento se viralizó rápidamente en redes sociales, provocando una ola de indignación. La agrupación interpretó un tema alusivo al narcotraficante mientras en las pantallas del recinto se exhibían fotografías suyas, lo que generó acusaciones de apología del delito y enaltecimiento de la narcocultura.
Reacciones y críticas
La difusión del homenaje en redes sociales despertó una fuerte reacción por parte de los usuarios, quienes calificaron el acto como irresponsable y de mal gusto. Las críticas se intensificaron debido a la reciente aparición de restos humanos en el Rancho Izaguirre, también en Jalisco, lo que ha avivado la preocupación por la violencia en la región.
Además, familiares de personas desaparecidas y activistas condenaron la actuación del grupo musical, argumentando que este tipo de actos normalizan el impacto del crimen organizado en México.
Auditorio Telmex se deslinda
Ante la creciente controversia, el Auditorio Telmex emitió un comunicado la mañana de este lunes, en el que se deslinda del homenaje realizado durante el evento. En su mensaje, el recinto aseguró que no tiene injerencia en la selección de repertorios, discursos o contenido audiovisual mostrado en los espectáculos que aloja.
El documento también señala que el espacio opera bajo un esquema de renta para promotores de eventos, por lo que la responsabilidad del contenido recae exclusivamente en los artistas y sus equipos de producción.
Finalmente, el Auditorio Telmex informó que su equipo legal trabajará en la implementación de medidas para prohibir expresamente cualquier apología del delito en futuras presentaciones.
El homenaje realizado en pleno espectáculo musical ha reavivado el debate sobre la influencia de la narcocultura en la música y su impacto en la sociedad. Mientras algunos lo ven como una expresión artística, otros consideran que es una muestra más de la normalización del crimen organizado en México.