Stellantis, dueña de Jeep y Ram, anunció que paralizará temporalmente sus actividades en sus plantas de Canadá y México; además, despedirá a 900 trabajadores de Estados Unidos a consecuencia de los aranceles al sector automotriz impuestos por el presidente Donald Trump.
La mañana del jueves, la compañía confirmó la pausa “inmediata” de su producción en la planta de Windsor, en Canadá. Asimismo, adelantó que esta medida se ampliará a los centros de trabajo de México.
La planta Stellantis Windsor Assembly, que ensambla las minivans Chrysler Pacifica, Voyager y el Dodge Charger Daytona, estará fuera de servicio durante dos semanas; por su parte, la Toluca Assembly, en México, donde se fabrica el Jeep Compass y el Jeep Wagoneer S, estará fuera de servicio durante abril.
Según la televisora ABC News, la empresa tomó la decisión mientras analiza los efectos arancelarios a mediano y largo plazo.
Pausa afectará a Estados Unidos
Tras el anuncio de Canadá y México, Stellantis informó que hará un recorte en centros de trabajo de Estados Unidos.
Los despidos temporales afectarán a dos plantas de estampado en el estado de Míchigan y una de transmisiones en Indiana.
El responsable de Stellantis en Norteamérica, Antonio Filosa, comunicó que las suspensiones de producción son resultado de los aranceles impuestos.