La administración de Donald Trump ha intensificado el control migratorio y revocado más de 800 visas en dos meses y medio, incluyendo a artistas del polémico género de los narcocorridos, por considerar que sus letras podrían promover actividades delictivas. Entre los afectados está la banda Los Alegres del Barranco, sancionada tras proyectar imágenes de El Mencho, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación, en un concierto en Jalisco.

Según declaraciones recogidas por el periodista Arturo Ángel (Milenio), el gobierno estadounidense evalúa a individuos cuya actividad pueda interpretarse como respaldo, directo o indirecto, a grupos criminales. Funcionarios como Marco Rubio y Christopher Landau han dejado claro que las visas son un privilegio, no un derecho.

Mayor vigilancia a exponentes del género

Artistas como Peso Pluma, Natanael Cano, Grupo Firme, Edgardo Núñez y Jr. Salazar están bajo observación. Sus canciones podrían ser interpretadas como una glorificación de la vida criminal, lo que los pondría en riesgo de perder su acceso legal a EE.UU.

Narcocorridos y crimen organizado

La preocupación no es solo cultural. En ocasiones, las letras han servido como fuente de inteligencia. Un ejemplo reciente fue la detención de Mario Alexander “El Piyi”, tras que se identificaran detalles en una canción de Luis R. Conríquez y Tito Doble P que coincidían con sus actividades.

La política migratoria de Trump impacta directamente a los cantantes de narcocorridos, quienes podrían perder oportunidades laborales clave. El debate sigue abierto sobre los límites entre arte, expresión y seguridad nacional.