La Semana Santa en Rumania combina ritos ortodoxos con supersticiones ancestrales que aún perduran en el país. Con un 85 por ciento de su población cristiana ortodoxa, la fecha está marcada por símbolos y rituales únicos.

Una de las tradiciones más extendidas es pintar huevos de rojo, en alusión a la sangre de Jesucristo. En la región de Maramureș, esta costumbre comienza el Jueves Santo, con diseños geométricos hechos a mano, cuya técnica se transmite de generación en generación.

En todo el país, es tradición chocar huevos entre familiares o amigos durante la Pascua. Esto, porque la creencia popular dice que quienes los rompen juntos se reencontrarán en el más allá.

Jueves Santo: lo que no debes hacer

Según el folclore de Rumania, el Jueves Santo está cargado de misticismo y prohibiciones. Ese día no se debe tejer, sembrar, ni lavar ropa, para evitar atraer malas energías. Dicha restricción se extiende también al Domingo de Pascua en muchas regiones del país.

La vela de Pascua: luz para todo el año

Por su parte, el Domingo de Resurrección es el momento más sagrado para los rumanos ortodoxos. A medianoche, el sacerdote anuncia la resurrección de Jesús, y los fieles encienden una vela; esta debe mantenerse encendida en casa todo el año, como símbolo de protección y bienestar. Además, si la familia atraviesa problemas, se vuelve a encender para disipar la oscuridad.