Polonia es uno de los países donde las prácticas religiosas católico-romanas siguen muy presentes; por ello, sus celebraciones por Semana Santa resaltan entre el mundo.
El Viernes Santo es un día de meditación y preparación para Pascua. Para ello, hay una misa vespertina llamada “Droga Krzyżowa”, que significa camino de la cruz, donde al final se coloca el cuerpo de Jesús en una tumba realizada con flores, rocas y velas.
La adoración continúa hasta el Sábado Santo; ese día cada casa prepara la “Święconka”, una cesta ceremonial llena de alimentos. Cada una es de diferente tamaño, forma, decoración y contenido; sin embargo, todas deben tener un trozo de salchicha, pan, sal, pimienta, huevos duros, berros frescos o avena. Además, tienen que llevar un cordero hecho de azúcar.
Cesta ceremonial se comparte en familia
Durante la misa, el sacerdote bendice dichos alimentos, el agua y el “paschal”, una vela sagrada. El contenido de la cesta debe permanecer intacta hasta la mañana de Resurrección. Ese día, las familias se reúnen para una cena de celebración.
Las mujeres se encargan de hacer bizcochos y “wydmuszki”, cáscaras de huevo huecas, que sumergen en cera caliente para luego decorarlas con pintura vegetal.
El Domingo de Pascua, se prepara un desayuno en familia que incluye el contenido de la cesta; todo se comparte de manera uniforme con los asistentes en un banquete que puede durar hasta tres horas.
Los festejos terminan con el “Śmigus-Dyngus”, lunes mojado. Ese día, como en México el Sábado de Gloria, las personas avientan agua a otros.