La cineasta Julie Taymor rompió el silencio sobre el acoso que vivió Salma Hayek a manos del productor Harvey Weinstein durante la filmación de la película Frida, estrenada en 2002. La revelación ocurrió en una entrevista concedida durante su reciente visita a México, más de 20 años después del estreno del filme.
Taymor, directora de la cinta biográfica sobre Frida Kahlo, aseguró que fue testigo parcial del abuso que Hayek enfrentó, y confirmó que ella misma atravesó una situación similar. En sus palabras: “Salma pasó por muchísimo con él… Yo fui su confidente”.
Un rodaje marcado por el acoso
La directora explicó que en aquel momento desconocía el alcance del acoso, pero sí notó el entorno de presión. Añadió que la actriz mexicana fue tratada como un objeto, a pesar de su capacidad intelectual y su empeño por llevar la historia de Kahlo al cine.
Taymor fue elegida como directora después de reunirse con Hayek, quien llevaba años luchando por producir Frida. Desde ese primer encuentro, notó que la industria seguía encasillando a la actriz como “una mujer hermosa y sexy”, minimizando su talento.
El testimonio de Hayek y el #MeToo
Fue hasta 2017, en plena ola del movimiento #MeToo, cuando Salma Hayek publicó en The New York Times un ensayo titulado «Harvey Weinstein Is My Monster Too». En el texto, denunció que el productor la presionó para filmar escenas íntimas no pactadas y que incluso amenazó con cancelar el proyecto si no accedía a sus exigencias.
Dicho testimonio se sumó a las más de 80 denuncias de acoso y abuso sexual contra Weinstein, quien hoy cumple condena en prisión. El caso de Hayek se convirtió en uno de los relatos más emblemáticos del movimiento.
Una conversación pendiente
Las declaraciones de Julie Taymor reabren la conversación sobre los abusos de poder en la industria cinematográfica. También refuerzan el valor de los testimonios que han servido para denunciar y evidenciar el comportamiento sistemático de figuras como Weinstein.
Las palabras de Taymor no solo respaldan el relato de Salma Hayek, sino que reafirman que el silencio en la industria fue durante mucho tiempo una herramienta de encubrimiento. Hoy, con más voces alzándose, el cine empieza a construir un camino más justo. ¿Cuántas historias más quedan por contarse?