México experimenta un ritmo de calentamiento superior al del resto del mundo, con un aumento de temperatura de 1.8 °C desde la era preindustrial y una tasa de incremento de 3.2 °C por siglo desde 1975, frente a los 2 °C por siglo del promedio global. Así lo advierten científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quienes alertan sobre los impactos crecientes del cambio climático en el país.

El año 2024 fue el más caluroso registrado en la historia de México, con una temperatura promedio 2.14 °C por encima de los niveles preindustriales. Este incremento ha intensificado fenómenos como sequías prolongadas, olas de calor e inundaciones, afectando la seguridad alimentaria, los recursos hídricos y la salud de la población.

Investigadores señalan que la crisis climática ya no es una amenaza futura, sino una realidad presente que requiere respuestas urgentes. Proponen integrar la acción climática en los planes nacionales de desarrollo, con políticas públicas sostenidas por recursos y respaldo político. Además, insisten en la necesidad de priorizar a las comunidades más vulnerables, donde el cambio climático agrava la pobreza, la migración forzada y la desigualdad.

La percepción social también refleja esta preocupación: el 93% de la población mexicana exige medidas más estrictas contra el cambio climático y el 75% teme tener que desplazarse en el futuro debido a sus consecuencias.

La situación en México forma parte de una tendencia más amplia en América Latina y el Caribe, donde el año pasado también fue el más cálido en la región. Eventos como la desaparición de glaciares, incendios forestales, huracanes intensos y sequías severas han evidenciado los efectos del calentamiento global.

Ante este panorama, expertos y organismos internacionales llaman a fortalecer la adaptación, mitigar las emisiones y preparar a las comunidades ante una crisis que no da tregua.